El presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Irán, el doctor Seyed Alireza Marandi, ha enviado este miércoles una carta al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, para advertirle de las graves repercusiones humanitarias de las sanciones internacionales impuestas contra el país.
En la misma, ha expuesto el "impacto negativo" que están teniendo dichas sanciones sobre el sector sanitario del país y los efectos de las mismas sobre "mujeres, niños, pacientes hospitalarios y cualquier persona que tome una medicación", según ha informado la agencia iraní de noticias FARS.
"Como responsable de la monitorización de la salud de la población a nivel nacional, le advierto una vez más, como responsable de la defensa de los Derechos Humanos, que las sanciones aplicadas han causado y seguirán causando una importante escasez de alimentos y medicinas básicas", ha indicado Marandi.
"Las sanciones están haciendo que estos artículos sean cada vez más caro, lo que ha provocado que se conviertan inaccesibles para los más vulnerables de la sociedad, incluyendo niños, madres y ancianos, así como para los pacientes que sufren cáncer o enfermedades específicas", ha agregado.
Marandi ha subrayado que esta situación "ha provocado que muchos pacientes sean incapaces de recibir la medicación que necesitan para su tratamiento, por lo que cada vez se registran más casos de malnutrición y muerte en niños y pacientes con enfermedades específicas".
"Desde hace más de tres décadas, Irán ha implementado programas sanitarios altamente exitosos, respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que han mejorado significativamente la salud de toda la nación", ha sostenido.
"Estos éxitos se ven gravemente amenazados por el incremento de las bárbaras sanciones en las últimas semanas, particularmente por parte del Gobierno estadounidense", ha relatado.
Por último, Marandi ha criticado lo que ha descrito como "una grave negligencia" por parte de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales "a la hora de defender los derechos inalienables de individuos inocentes en el marco de un sádico castigo colectivo".
Estados Unidos y la Unión Europea han aplicado duras sanciones contra Irán, incluido un embargo de su petróleo, en un esfuerzo por persuadir a Teherán para que abandone su programa nuclear, que, según sospechan, está destinado a fabricar armas atómicas.
Sin embargo, Irán ha rechazado estas acusaciones y ha aseverado en reiteradas ocasiones que el programa nuclear tiene únicamente fines civiles pacíficos y que se enmarca dentro del Tratado de No Proliferación (TNP).
El TNP, del que Irán es parte, establece entre otras cosas que, para evitar la proliferación, los países que ya cuentan con energía nuclear han de facilitarla a los países que no la tienen en caso de que estos decidan utilizar esta energía para fines pacíficos.
