Los equipos de rescate han encontrado ya 251 cadáveres de las 298 personas que viajaban en el avión malasio siniestrado el pasado 17 de julio en el este de Ucrania, informó hoy el Ministerio para Situaciones de Emergencia de Ucrania.
Además, los socorristas han hallado 66 fragmentos humanos entre los escombros del Boeing-777 que se estrelló en la pequeña localidad de Grabovo, pero cuyos restos se encuentran desperdigados en un radio de varios kilómetros.
Los cadáveres han sido trasladados a vagones frigoríficos que se encuentran estacionados en la vía del tren en la estación de la localidad de Torez.
Según informan medios locales, las autoridades han habilitado un segundo tren para la conservación de los cuerpos hasta la llegada de los expertos internacionales.
El Gobierno de Malasia ha enviado un grupo de expertos que ya se encuentra en Kiev y podría desplazarse a la zona en cualquier momento.
Kiev intenta negociar con los rebeldes prorrusos para que dejen de bloquear la salida del tren, ya que la OSCE considera que Torez no es el lugar adecuado para examinar los cadáveres y proceder a su identificación.
El Servicio de Seguridad de Ucrania difundió el domingo en internet la grabación de una supuesta conversación telefónica entre dos jefes rebeldes que incriminaría a los separatistas y también a Moscú en la ocultación de pruebas del derribo del avión malasio.
Seguidamente, Alexandr Borodái, el primer ministro de la autoproclamada república popular de Donetsk, reconoció que las cajas negras del aparato estaban en su poder.
"En el lugar de la catástrofe se encontraron piezas del avión parecidas a unas cajas negras. Se encuentran en Donetsk (...) bajo mi supervisión personal. Serán entregadas a expertos internacionales", dijo.