El Estado Islámico ha asumido este domingo la responsabilidad de la ola de atentados que dejó ayer 27 muertos en diferentes barrios chiíes de la capital de Irak, Bagdad.
La milicia suní, que controla varias ciudades del norte y el oeste del país, ha informado de que las detonaciones de los coches bomba fueron llevadas a cabo por terroristas suicidas identificados como Abu al Qaaqaa al Almaani y Abu Abdul Rahman al Shami quienes, a juzgar por estos nombres, podrían proceder de Alemania y de Siria.
Las explosiones de ayer en la capital (una en un puesto de control chií y otra cerca de la mezquita chií de Kadhimiya, y otras dos en el oeste de la capital), han sido las más mortíferas desde el inicio de la ofensiva del Estado Islámico el pasado mes de enero.
"El saldo de estas benditas operaciones ha sido de 150 personas muertas o heridas", según la declaración del Estado Islámico, que advierte de nuevos y más potentes ataques en un futuro.
