Al menos nueve milicianos murieron en las últimas horas en combates librados entre fuerzas gadafistas y milicias islamistas en diferentes barrios de la ciudad de Bengasi, en el este de Libia, informó hoy a Efe una fuente de seguridad de esta ciudad.
Según su relato, cuatro uniformados leales al general sublevado Jalifa Hafter, exmiembro del Ejército del derrocado coronel Muamar al Gadafi, y dos milicianos de las fuerzas islamistas Maylis al Shura y Zuar Bengasi perdieron la vida en enfrentamientos armados en la barriada de Suq al Hut, una de las que integran esta ciudad, la segunda en importancia del país.
Hafter, que apoya al gobierno rebelde en Trípoli, uso además la fuerza aérea para bombardear el céntrico barrio de Al Sabri, ataque que causó la muerte a tres de los milicianos que defienden la ciudad e importantes daños en infraestructuras civiles, agregó la fuente.
Las tropas de Maylis al Shura, aliadas del parlamento internacionalmente reconocido en Toubruk, atacaron, por su parte, posiciones del antiguo oficial del Ejército gadafista en el barrio de Abu Hadima, "una vez desalojada de civiles la zona", añadió.
La agencia de noticias estatal Wal aseguró, por su parte, que unas 60 familias que viven en dicho barrio abandonaron sus hogares y se desplazaron a la localidad vecina de Ajdabiya, debido al deterioro de seguridad y por temor de un empeoramiento de la situación.
En las últimas horas también se registró un ataque con morteros contra el aeropuerto de Maitiqa, único operativo en la región de la capital libia, que fue alcanzado por un proyectil sin que se registraran daños personales ni materiales.
Además, un miliciano islamista perdió la vida durante enfrentamientos registrados en la localidad de Al Uatiya, oeste de Trípoli.
Hafter, apoyado por el vecino Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, y por el Ejército regular libio, lanzó en mayo de 2014 una ofensiva militar contra las milicias en Bengasi, que ha abierto un duro y sangriento frente por el control de la ciudad en el que han muerto ya cientos de personas, incluidos civiles.
En las últimas semanas, el general gadafista ha ampliado su ofensiva al oeste del país, donde también ataca posiciones de las fuerzas islamistas de Fayer Libia (Amanecer de Libia) y sus aliados.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en octubre de 2011 la OTAN apoyara con bombardeos aéreos a los rebeldes y contribuyera a derrocar el régimen dictatorial de Gadafi.
Desde entonces, esta nación mediterránea está dividida, con un gobierno rebelde en Trípoli y otro internacionalmente reconocido en Toubruk, que luchan por el control de la política y de los recursos naturales -en particular el petróleo- apoyados por seguidores del antiguo régimen, milicias islamistas y nacionalistas, líderes tribales y señores de la guerra que trafican con armas, personas y drogas.
Una guerra civil en la que también intervienen servicios secretos de naciones árabes y occidentales y en la que han crecido movimientos yihadistas asociados a Al Qaeda en el Sahel y al Estado Islámico, que controla grandes partes de Siria e Irak.