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Confirman la pena de muerte para tres hermanos mexicanos en Malasia

Los cinco jueces del tribunal desestimaron los argumentos de la defensa, que apuntó a las supuestas inconsistencias de las pruebas y manipulación de la droga incautada

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El Tribunal Federal de Malasia confirmó hoy la pena capital para tres hermanos mexicanos, que agotaron todas las vías legales para evitar la horca por un delito de narcotráfico cometido hace siete años.

Los mexicanos Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal escucharon la sentencia en el tribunal en la capital administrativa de Purtrajaya, donde estuvieron acompañados por algunos familiares y el embajador mexicano, Carlos Félix.

Los cinco jueces del tribunal desestimaron los argumentos de la defensa, que apuntó a las supuestas inconsistencias de las pruebas y manipulación de la droga incautada.

Kitson Foong, uno de los abogados defensores, expresó su "decepción" y tristeza por el fallo del tribunal y lamentó que no hayan admitido sus alegaciones.

"Hemos intentado con nuestros argumentos que el tribunal entendiera que la cadena de custodia sobre la principal prueba contra mis clientes había fallado. Los jueves no han estimado nuestras explicaciones", señaló a Efe el letrado.

"Ahora es momento de estar con la familia y con los chicos antes de su traslado y valoraremos los próximos pasos a realizar", agregó.

Vestidos con ropas blancas de presidiario y las mangas de color rojo, indicativo de los reos condenados a muerte, los hermanos oriundos del estado de Sinaloa llegaron a la sede judicial esposados y escoltados por una decena de agentes.

Además de Luis (47 años), Simón (39) y José Regino (37), se sentaron en el banquillo el singapurense Lim Hung Wa y el malasio Lee Boon Sid, a los que los jueces también confirmaron la pena capital.

Los mexicanos, que se han mantenido serenos e incluso sonrientes durante la vista, fueron sacados rápidamente de la sala tras escuchar el veredicto.

Los cinco condenados fueron detenidos el 4 de marzo de 2008 en una redada realizada por la Policía en la ciudad de Johor Bahru, junto a la frontera con Malasia.

En la operación, los agentes de la brigada antinarcóticos decomisaron unos 29 kilos de metanfetamina, un alijo valorado en 15 millones de dólares, aunque cerca de un tercio desapareció bajo custodia policial.

El 17 de mayo de 2012, el magistrado Mohamed Zawawi Saleh del Tribunal Superior, conocido por el apodo del "juez soga", halló culpables a los tres hermanos mexicanos y los otros dos acusados y los sentenció a morir en la horca.

Posteriormente, la defensa acudió al Tribunal de Apelaciones, que ratificó la pena capital en agosto de 2013.

Como último recurso, los tres imputados pueden solicitar el perdón real para evitar la horca, que es como se ajusticia a los reos de muerte en Malasia.

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