23 militares rusos murieron y otros 19 resultaron heridos al derrumbarse anoche un cuartel en la ciudad de Omsk, en el sur de Siberia, según los últimos datos ofrecidos hoy el Ministerio ruso de Defensa.
"Para las 10.00 horas (07.00 GMT) han sido hallados los 42 militares que estaban debajo de los escombros, de ellos 23 murieron", declaró el portavoz de Defensa, el general Ígor Konashénkov, citado por medios locales.
Agregó que 19 militares han sido hospitalizados y que otros tres, con lesiones leves, fueron atendidos en la enfermería.
Varios de los heridos serán trasladados próximamente en avión a Moscú, adelantó el portavoz.
El siniestro, cuyas causas se desconocen, se produjo en el centro de instrucción Nº 242 de las Fuerzas Aerotransportadas de Rusia.
De momento las autoridades descartaron que el derrumbe del edificio, de cuatro plantas, haya sido provocado por una explosión de gas, ya que el cuartel no empleaba dicho combustible.
Según testigos citado por medios locales, en el momento del siniestro no se produjo una explosión ni se declaró un incendio.
El edificio había sido sometido a reparaciones hace un año, por lo que algunos medios rusos sugirieron que la causa del siniestro pudo haber sido la mala calidad de esos trabajos.
La Fiscalía Militar incoó un proceso penal por negligencia con resultado de muerte de dos o más personas, delito que se castiga con hasta siete años de prisión.
El presidente Vladímir Putin encargó a su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, garantizar toda la asistencia necesaria a los heridos y a los familiares de la víctimas mortales, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.