Corea del Norte anunció hoy una amnistía de presos en agosto, la primera en tres años, que coincide con una campaña internacional de presión contra las violaciones de derechos humanos en los campos de prisioneros del país comunista.
El régimen de Kim Jong-un "ha decidido conceder una amnistía a personas que fueron condenadas por delitos contra el país y su pueblo con ocasión del 70 aniversario de la liberación de Corea y la fundación del Partido de los Trabajadores", informó la agencia estatal KCNA en un comunicado.
El Gobierno norcoreano también se comprometió a "aplicar las medidas prácticas correspondientes para ayudar a que las personas liberadas se asienten en su trabajo y en su vida", según se indica en la nota.
El anuncio de la liberación de presos llega en un momento en el que varios países, entre ellos EEUU y Corea del Sur, intentan llevar a Kim Jong-un y su Gobierno ante la Corte Penal Internacional (CPI) por las violaciones de derechos humanos que se cometen en los campos de trabajos forzados del país.
Entre 80.000 y 120.000 personas, muchas de ellas presos políticos, permanecen encerradas en estos campos, en los que se cometen torturas, ejecuciones, privación de alimentos y otros abusos, según un detallado informe del año pasado de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
El analista político surcoreano Shim Jae-hoon considera que con la próxima amnistía Pyongyang busca "mejorar su imagen ante la sociedad internacional mostrando que se preocupa por los derechos humanos".
"Si tenemos en cuenta que Corea del Norte no ha revelado exactamente quiénes serán los amnistiados, esto puede interpretarse como una simple acción con la que trata de demostrar que respeta los derechos humanos de su población", aseguró a Efe el experto en Seúl.
La amnistía anunciada hoy es la segunda en Corea del Norte desde que el joven dictador Kim Jong-un, de unos 32 años, llegara al poder en diciembre de 2011.
La anterior tuvo lugar en febrero de 2012, con motivo del centenario del nacimiento del fundador del país, Kim Il-sung, y del 70 aniversario del nacimiento de su hijo Kim Jong-il, padre del actual líder.
Corea del Norte mantiene detenidos a cuatro ciudadanos surcoreanos a los que acusa de espionaje y otros delitos, aunque se desconoce si alguno de ellos podría beneficiarse de la amnistía.