El diario "Folha de Sao Paulo", uno de los más influyentes de Brasil, pidió este domingo en su editorial la renuncia de la presidenta, Dilma Rousseff, y del vicepresidente, Michel Temer, para que el país pueda celebrar nuevas elecciones.
El diario defendió también la necesidad de que la mandataria dimita de su cargo antes de que sea depuesta mediante un juicio político, lo que podría ocurrir si el proceso, que ya se tramita en el Congreso, continúa su curso.
"Dilma Rousseff debe renunciar ya para ahorrar al país el trauma del impeachment (juicio político) y para que se pueda superar tanto el punto muerto que lo mantiene atascado como la calamidad sin precedentes del actual gobierno", sostiene el periódico en portada.
De acuerdo con "Folha de Sao Paulo", "nunca es deseable interrumpir, aunque sea por medios legales, un mandato presidencial obtenido en elección democrática", pero "la presidenta Dilma Rousseff perdió las condiciones para gobernar el país".
Por eso, insiste, la jefa de Estado debería abandonar su cargo por iniciativa propia, ya que "el impeachment tenderá a dejar un rastro de resentimiento".
En cambio, apunta el periódico, la renuncia, "en un gesto de desapego y realismo", haría entender a la mandataria que "condiciones ajenas a su voluntad le impiden encargarse de la misión".
El diario aboga por la celebración de nuevos comicios: "Dada la gravedad excepcional de esta crisis, sería una bendición que el poder retornase ya al pueblo a fin de que éste invierta en alguien con la legitimidad necesaria para promover reformas estructurales y sacar al país del estancamiento".
Por el contrario, continúa, "mientras Dilma siga en el cargo, la nación seguirá crispada, paralizada. Es necesario reconocer que la presidenta constituye hoy un obstáculo para la recuperación del país".
El periódico también carga contra Temer, primero en la línea de sucesión si la mandataria es depuesta, y afirma que el vicepresidente "debería tener la misma consciencia" porque "tampoco dispone de suficiente apoyo en la sociedad".
Temer es el líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, la mayor fuerza política del país, que el pasado martes decidió romper con el Gobierno, lo que fue interpretado como un claro apoyo al eventual juicio a la presidenta.
Entre los argumentos esgrimidos, "Folha de Sao Paulo" asevera que Rousseff ha puesto la administración "al servicio de dos propósitos": impedir que progrese el juicio político "mediante la exagerada compra de apoyo" en el Parlamento y "proteger" al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, investigado por su supuesta participación en el esquema de corrupción en Petrobras.
Lula asumió el pasado mes el Ministerio de la Presidencia, la cartera más influyente del gabinete, pero su nombramiento está paralizado por orden de un juez del Supremo y todavía tiene que ser analizado por el pleno de la corte.
El magistrado suspendió la designación tras la divulgación de unas polémicas grabaciones telefónicas en las que se sugiere que Rousseff podría haber concedido el cargo a Lula para ayudarlo a eludir la Justicia común ya que, como ministro, gozaría de fuero privilegiado.
"Después de protagonizar los mayores escándalos de corrupción de los que se tiene noticia, (...) después de que su gobierno haya provocado la peor recesión de la historia, Dilma recoge lo que merece", concluye el diario.