Según el jefe del área de investigación del crimen organizado de los Mossos d’Esquadra, Jordi Ollé, los integrantes de la red, de los que nueve ya han ingresado en prisión, son de origen magrebí y actuaron los últimos dos años sobre todo en la ciudad de Barcelona, donde podían robar entre tres y cuatro motos cada noche.
Una prueba de la importancia de la red ahora desarticulada es que desde que se realizaron las primeras detenciones, el pasado mes de abril, los robos de motocicletas y ciclomotores en el área de Barcelona han bajado entre un 30 y un 40%, según fuentes cercanas al caso.
Pese a que la red desarticulada se dedicaba supuestamente a varias actividades delictivas, su principal misión consistía en robar motocicletas y ciclomotores de pequeña cilindrada, de hasta 125 cc.