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Mitsubishi falseó también datos de minivehículos con tracción 4x4

Estos vehículos, que además fueron testados con un sistema no homologado en Japón desde 2002, se vendieron bajo la falsa garantía de que su consumo -una de las facetas que permite a los minivehículos ser competitivos- era entre un 5 y un 10 por ciento más eficiente de lo que en realidad es

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Mitsubishi Motors, recientemente salpicado por un escándalo de falseo de datos de eficiencia de cuatro de sus minivehículos, manipuló también de manera adicional cifras de las versiones 4x4 de estos mismos modelos, informó hoy la cadena NHK.

La pasada semana la compañía admitió que modificó la presión del aire de los neumáticos durante las pruebas de consumo de combustible de unas 625.000 unidades vendidas en Japón de los modelos ek Wagon, ek Space, Dayz y Dayz Roox (estos dos últimos comercializados por Nissan).

Como resultado, estos vehículos, que además fueron testados con un sistema no homologado en Japón desde 2002, se vendieron bajo la falsa garantía de que su consumo -una de las facetas que permite a los minivehículos ser competitivos- era entre un 5 y un 10 por ciento más eficiente de lo que en realidad es.

Según la información adelantada hoy por la radiotelevisión pública nipona, los empleados de la compañía también optaron por sustituir determinados datos de las versiones 4WD de estos cuatro modelos por las cifras de aquellas que están configuradas con tracción delantera, y por tanto son mucho más ligeras y eficientes.

Mitsubishi Motors tiene previsto presentar hoy un informe sobre el falseo de datos, cuyo verdadero alcance aún se desconoce, ante el Ministerio de Transporte e Infraestructura japonés.

En los últimos días se ha sabido, además, que la empresa con sede en Tokio habría utilizado los métodos de prueba que Japón ya no da por válidos desde 2002 en más de dos millones de coches vendidos en el archipiélago en los últimos 14 años.

El escándalo hace peligrar el futuro de la compañía ante el volumen de las indemnizaciones que tendrá que pagar a conductores y a Nissan, e incluso al Gobierno si se determina que los modelos afectados no cumplían los estándares medioambientales requeridos para las subvenciones que les fueron aplicadas.

El caso contribuye a empeorar la reputación del sector, en entredicho tras el escándalo de manipulación masiva de pruebas de emisiones de Volkswagen, que incluyó un software en 11 millones de coches diesel para que redujeran el volumen de gases contaminantes a expulsar en el momento de ser testados.

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