Decenas de miles de civiles siguen abandonando sus hogares en la región siria de Guta Oriental, bastión opositor a las afueras de Damasco, y en el enclave kurdosirio de Afrín, en el norte de Siria, donde se desarrollan sendas ofensivas para luchar por el control de las zonas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó hoy de que unos diez mil civiles, entre ellos centenares de mujeres y niños, han escapado de zonas controladas por la facción islamista Legión de la Misericordia hacia zonas dominadas por el régimen sirio a través del corredor abierto por las autoridades gubernamentales en Hamuriya.
Así aumentan a 40.000 las personas que han abandonado sus hogares desde ayer por la noche en Guta Oriental, donde se estima que vivían asediados 400.000 civiles.
El embajador sirio ante la ONU, Bashar Yafari, dijo ayer al Consejo de Seguridad que los grupos rebeldes están usando a los civiles como "escudos humanos", y afirmó que aún están impidiendo a muchos utilizar los corredores abiertos para salir de la zona.
Hoy, en esa huida hacia los corredores, al menos 36 civiles han perecido por los bombardeos de aviones militares de las tropas sirias en dos poblaciones de Guta Oriental.
De ese total, treinta personas murieron en la población de Zamalka, después de que abandonaran sus hogares en una zona dominada por la Legión de la Misericordia, que lucha por el control de la región contra las tropas gubernamentales.
La fuente aseguró que los aparatos de guerra tuvieron como objetivo los civiles que se disponían a pasar a la población de Haza y que tenían como fin huir hacia zonas controladas por las autoridades sirias a través del corredor de Hamuriya.
El Observatorio, con sede en Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de observadores en el terreno, afirmó que además de Zamalka, los aviones lanzaron bombardeos también contra la población de Ain Tarma, donde al menos seis civiles, entre ellos cuatro menores, perdieron la vida.
La cifra de muertes en Guta Oriental desde el pasado 18 de febrero, cuando comenzó una escalada de violencia, ha alcanzado los 1.400 civiles, entre ellos 274 menores y 173 mujeres.
En este contexto, las fuerzas gubernamentales, que cuentan con el apoyo de Rusia, avanzaron hoy en su ofensiva terrestre, iniciada el pasado 25 de febrero sobre Guta Oriental, desde la población de Yisrín hacia los alrededores de Kafr Batna.
Según anunció ayer el Ejército sirio, sus unidades ya dominan el 70 por ciento del enclave rebelde.
A pesar del avance, los enfrentamientos violentos continúan hoy entre las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, y la Legión de la Misericordia, indicó la ONG.
Entretanto, en el enclave de Afrín, en el noroeste de Siria, unos 200.000 civiles han dejado sus hogares en los últimos tres días por los continuos bombardeos y disparos de artillería de las tropas turcas, de acuerdo al último recuento del Observatorio.
La ONG calificó de "situación catastrófica" la que viven los desplazados por "la falta de ayuda humanitaria" y añadió que la mayoría de ellos viven "a la intemperie".
Las fuerzas del régimen sirio impiden a los desplazados llegar a la ciudad de Alepo, capital de la provincia homónima, porque han impuestos controles y los civiles tienen que pagar un soborno de 1.000 dólares (812.850 euros) para cruzarlos, según el Observatorio.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció ayer que los combatientes kurdosirios que luchan en Afrín no dejan tampoco a los civiles escapar de la ciudad.
La huida se produce por los combates violentos que continúan entre la milicia kurdosiria Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo), que dominaba Afrín, contra las tropas turcas y facciones leales en los accesos septentrionales y occidentales de la urbe de Afrín, indicó el Observatorio.
El Gobierno turco considera terroristas a las YPG por sus vínculos con la guerrilla kurda presente en su territorio, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El fuego turco se cobró hoy la vida de al menos once civiles en la ciudad de Afrín, mientras huían hacia los pueblos controlados por las autoridades sirias de Nubul y Al Zahrá, cerca de Afrín y que están ubicados también en la provincia siria de Alepo.
Con esta cifra de muertes aumenta a 281 personas, entre ellas 43 menores y 28 mujeres, las que han perecido desde el pasado 20 de enero, cuando las tropas turcas y facciones sirias leales lanzaron una ofensiva bajo el nombre Rama de Olivo con la intención de dominar todo el enclave kurdosirio, según el Observatorio.