El titular ruso de Exteriores abogó por "revisar" las restricciones a Pionyang de manera progresiva
Rusia y China desafiaron hoy a EEUU al oponerse a su petición de incrementar la presión sobre Corea del Norte y reclamaron una disminución de las sanciones internacionales, calificadas como un "castigo colectivo" por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
En una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Corea del Norte, Lavrov consideró "inapropiado" e "inoportuno" mantener las sanciones sobre el Gobierno del líder norcoreano, Kim Jong-un, debido a los progresos en su diálogo con Seúl y Washington y a las concesiones que ha hecho dentro de ese proceso.
"Me gustaría recordarles -argumentó Lavrov- que las negociaciones tienen dos direcciones, los pasos dados por la República Popular Democrática de Corea para el desarme nuclear deberían estar seguidos por un alivio de las sanciones, deberían ser una reacción a una reacción".
El titular ruso de Exteriores abogó por "revisar" las restricciones a Pionyang de manera progresiva, a medida que avance su proceso en desnuclearización.
"Es inaceptable que las sanciones contra Corea se conviertan en un instrumento de castigo colectivo", subrayó.
Mientras tanto, su homólogo chino, Wang Yi, declaró que las "sanciones no deben ser un fin en sí mismo" y aseveró que, dados "los avances positivos" por parte de Kim, el Consejo de Seguridad debería "modificar sus sanciones a la luz del cumplimiento" del Gobierno norcoreano.
En respaldo a la posición de Pionyang, China pidió avances en la firma de un tratado de paz que ponga fin al estado de guerra que aún se mantiene en la península desde la Guerra de Corea (1950-1953) y que le sirva al Gobierno de Kim como garantía de supervivencia.
La declaración del fin de la Guerra de Corea "ayudaría a construir una confianza básica, facilitaría aún más la desnuclearización y pondría en marcha las condiciones para un acuerdo de paz definitivo", afirmó Wang.
En los últimos años, el Consejo de Seguridad ha endurecido las sanciones contra Corea del Norte en respuesta a sus ensayos nucleares y de misiles, pero Washington cree que algunos países no están haciendo todo lo necesario para implementarlas.
En concreto, Estados Unidos asegura que el Gobierno norcoreano ha conseguido burlar a través del contrabando los límites impuestos a sus importaciones de productos petroleros refinados y, por ello, ha pedido al Consejo de Seguridad que ordene el cese inmediato de todo suministro de productos.
Hasta ahora, Rusia y China han frenado esa solicitud y hoy mostraron que no están por la labor de aprobarla.
Al comienzo de la sesión del Consejo, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, volvió a pedir a los quince miembros del Consejo de Seguridad mayor firmeza contra Pionyang.
"La aplicación de las sanciones del Consejo de Seguridad debe continuar vigorosamente y sin pausa hasta que seamos capaces de ver una desnuclearización completa, final y verificada. Los miembros del Consejo deben dar ejemplo en ese esfuerzo y todos debemos rendir cuentas", afirmó Pompeo, que presidió la sesión.
El jefe de la diplomacia estadounidense reiteró que, si Kim cumple con sus compromisos, "un futuro más brillante espera a Corea del Norte y su gente" y prometió que "Estados Unidos estará en primera línea para facilitar ese futuro más brillante".
Pompeo viajará en octubre a Pionyang para preparar una segunda reunión entre Kim y el presidente de EEUU, Donald Trump.
La Casa Blanca aún no ha desvelado cuándo se celebrará la nueva cumbre, aunque Trump aseguró este martes que será "bastante pronto".
En su encuentro de junio en Singapur, Trump y Kim firmaron una declaración que abre las puertas a la desnuclearización de Corea del Norte a cambio de que EEUU conceda garantías para su supervivencia, aunque no se especificaban plazos concretos para esos objetivos.
En paralelo, el diálogo entre Corea del Norte y del Sur ha avanzado de manera significativa desde que Kim apostara por romper con el aislamiento diplomático en enero de este año y, hasta ahora, se han celebrado tres reuniones ente el líder norcoreano y el presidente surcoreano, Moon Jae-in.
El último encuentro entre Moon y Kim ha servido para desatascar el diálogo entre Washington y Pionyang, enquistado durante las últimas semanas.