Estados Unidos alcanzó este lunes la cifra de 1.178.906 casos confirmados de COVID-19 y la de 68.689 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad John Hopkins.
Estos datos -a las 20.00 hora local- afirman a Estados Unidos como el país más golpeado del planeta con diferencia por la pandemia originada en Wuhan (China), por delante de España, Italia y Reino Unido.
Del total de casos confirmados se han recuperado unos 185.000, por lo que siguen activos más de 925.000.
El estado de Nueva York, con casi 325.000 casos -más que ninguna otra nación en el mundo- y casi 25.000 fallecidos sigue siendo el epicentro del COVID-19 en Estados Unidos.
Solo en la ciudad de Nueva York han muerto a causa de la pandemia 19.057 personas.
Otros brotes importantes del virus se han dado en el vecino Nueva Jersey con 128.269 casos y 7.910 fallecidos, en Massachusetts -69.087 y 4.090- o en Michigan con 43.950 contagios confirmados y 4.135 muertes.
El balance total de fallecidos -68.689- sigue por debajo de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya las estimaciones más optimistas que hizo "a posteriori" el presidente Donald Trump, de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.
Este domingo, sin embargo, el presidente admitió que el total estará entre 75.000 y 100.000.
La cifra, en realidad, podría ser mucho mayor si se cumplen las nuevas proyecciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por siglas en inglés) reveladas este lunes por medios estadounidenses.
Los CDC trabajan con un escenario para el 1 de junio de 3.000 muertes diarias -en comparación con las 2.000 actuales-, como resultado de las medidas de reapertura económica y social que se están dando en grandes zonas del país.