Estados Unidos alcanzó este sábado las cifras de 1.618.948 casos confirmados de COVID-19 y de 96.983 fallecidos con la enfermedad, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance, a las 20.00 hora local (00.00 GMT del domingo), es de 18.467 contagios más que el viernes y de 1.103 nuevas muertes.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos, con 359.926 casos confirmados y 29.031 fallecidos, una cifra parecida a la de España y solo por debajo del Reino Unido e Italia.
En la ciudad de Nueva York han muerto 21.138 personas, de acuerdo con los registros de la universidad estadounidense.
Al estado de Nueva York le siguen el vecino Nueva Jersey, con 153.140 casos confirmados y 11.082 fallecidos; Illinois, con 107.796 contagios y 4.790 decesos, y Massachusetts, que contabiliza 91.662 positivos por coronavirus y 6.304 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Michigan con 5.224, Pensilvania con 5.100, California con 3.670 o Connecticut con 3.675.
El balance provisional de fallecidos -96.983- se aproxima a las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya con creces los cálculos más optimistas que hizo "a posteriori" el presidente estadounidense, Donald Trump, de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.
El Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 143.000 muertes en Estados Unidos.
Durante este fin de semana largo en EE.UU. por la celebración del Día de los Caídos, varios estados abrirán las playas al público, como parte de las medidas para avanzar hacia la reapertura después del confinamiento ordenado por las autoridades para contener la propagación de la pandemia.