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Provincia de Cádiz

Solo 618 alumnos dan Religión Islámica en los colegios gaditanos

La confesión musulmana es minoritaria, apenas consume recursos públicos y tiene más demanda de la que se atiende.

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  • La cifra de alumnos que dan Religión Islámica está por debajo de los números oficiales de la Junta. -

Vox apunta a la enseñanza del Islam en la escuela pública. La formación ha trazado la misma estrategia en Andalucía que con la violencia de género. Si con respecto al maltrato planteó la derogación de la actual ley, señaló a los que considera “organismos feministas radicales subvencionados” y solicitó a la Junta los nombres y apellidos de los trabajadores que evalúan los casos de violencia de género, ha dejado meridianamente claro que quiere excluir las clases de esta religión de los centros educativos, ha interrogado al Consejo de Gobierno sobre los colegios que la imparten en cada una de las ocho provincias y ha cuestionado la formación de los docentes y los criterios para su selección. Los de Santiago Abascal tienen las respuestas en su poder desde el pasado 28 de octubre, pero las contestaciones no están disponibles todavía en la página web del Parlamento andaluz ni los representantes autonómicos han hecho uso público de ellas hasta el momento.

Sin embargo, parece que han pinchado en hueso. La enseñanza del Islam en los colegios públicos es minoritaria, apenas consume recursos públicos y, en todo caso, el problema que presenta es que hay más demanda de la que se puede atender en las condiciones actuales. Así lo ponen de manifiesto de entrada los datos de la Consejería de Educación y Deporte, obtenidos por este medio a través del Portal de Transparencia de la Junta de Andalucía, que indican que la asignatura se imparte únicamente a 618 alumnos en 18 centros, todos de Infantil y Primaria; ni uno solo en Secundaria y Formación Profesional. En la provincia hay en torno a 120.000 escolares en Infantil, Primaria y Educacion Especial y unos 140.000 matriculados en Secundaria, Bachillerato, Adultos y Artísticas. Solo en Religión Católica, según las cifras facilitadas por el Ejecutivo autonómico, hay 150.064. De manera que, por cada niño que asiste a clase de Religión Islámica hay 243 de Religión Católica en las aulas de los centros de la provincia.

Por localidades, la mayoría de los 618 alumnos contabilizados oficialmente por la Administración autonómica se concentran en Algeciras, con 549, y Jerez, muy atrás, con 62. La Línea, con seis, y Chipiona, con uno, cierran la nómina de municipios que, según la información facilitada por la Consejería, tienen alumnos en clases de Islam. Sin embargo, los datos no reflejan la realidad. La cifra de estudiantes es menor. Así lo han confirmado fuentes sindicales, consultadas sobre los colegios en los que figuran alumnos en los registros de la Administración pero no imparten la materia, como el caso del CEIP Lapachar de Chipiona.


Ihab Fahmy, coordinador de la Comisión Técnica de Educación de la Comisión Islámica de España (CIE), explica que la ley establece que deben contarse al menos diez niños para que se dé la asignatura, pero advierte igualmente de que casi el 90% de las familias que la demandan para sus hijos no pueden cursarla por falta de recursos. En este sentido, el también miembro de la Comisión Técnica y maestro David García señala los datos que maneja la CIE indican que solo hay tres profesores en la provincia, dos en Algeciras y uno para el resto de la provincia, contratados para 72 horas. En el curso 2017-2018, de acuerdo a la información facilitada por el Gobierno central a diputados socialistas, Cádiz contabilizaba 291 docentes de Religión Católica, con 7.086 horas, y nueve de Religión Evangélica, con 196 horas, en Infantil y Primaria. En Secundaria, se registran 96 docentes que imparten Religión Católica en Cádiz en el curso actual.

Los problemas de este colectivo profesional son, detalla, “las faltas de atribuciones y reconocimiento profesional, los recortes de jornadas y el exceso de agrupamiento de alumnos, indenpendientemente de sus necesidades educativas, derivados todos ellos justamente del régimen de contratación por horas y la consiguiente dificultad de completar en un solo centro una jornada semanal equivalente al ejercicio de otros docentes”. La citada falta de recursos, en resumen. En esta línea, la directora del CEIP Andalucía de Algeciras, Toñi Pineda, considera necesario disponer de más maestros de Religión Islámica para ofrecer igualdad de oportunidades y la mejor calidad educativa. Actualmente, el docente que cubre este colegio asiste a otros dos. Pineda sabe de lo que habla. En su centro, la Religión Islámica es la mayoritaria, con un 56% de alumnos.

Más que clases de Religión

Los profesores, remarca García, son designados por la CIE y contratados por el Ministerio de Educación de acuerdo a unos requisitos públicos, en un procedimiento similar al que siguen los obispados. Estos son: poseer titulación académica igual o equivalente a la exigida para Infantil o Primaria, Secundaria o Bachillerato; tener 18 años y no haber alcanzado la edad de jubilación forzosa; poseer la nacionalidad española, comunitaria u otra con residencia legal y autorización de trabajo; no haber sido sancionado por cualquiera de las administraciones públicas ni hallarse inhabilitado; no estar afectado por incompatibilidad; y no haber sido condenado por algún delito contra la libertad e identidad sexual.

En cualquier caso, su papel va más allá de impartir las clases religiosas. Fahmy subraya que sirven “para reforzar las clases de lengua, fortalecen el lazo entre los niños y la escuela y, -abunda- ejercen de mediadores interculturales”. Pineda señala al respecto que es preciso contar también con más profesorado para las aulas temporales de atención lingüística porque la lengua es fundamental para el arraigo. El director de CEAin, Francisco Morales, valora igualmente la labor educativa en materia religiosa e idiomática. “El enfoque equivocado es que si se mantienen las señas de identidad cultural y religiosa de origen se dificulta la integración”, pero es al contrario. “Lejos de ser un factor negativo, la refuerza”, insiste, “la integración es un proceso de doble sentido: el inmigrante incorpora la cultura de acogida y la sociedad de acogida se enriquece con el inmigrante”. La Constitución, recuerda, en el artículo 27.3, y la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, garantizan a los alumnos musulmanes, a sus familias y a los órganos escolares de gobierno que lo soliciten el derecho de los primeros a recibir enseñanza religiosa islámica. Hay que cumplir con la legalidad y aprovechar este marco normativo para desarrollar experiencias educativas que superen el debate entre “nosotros” y “los otros”, apostando por la pluralidad. Pineda da buena cuenta de que esto es posible. En su centro, “la convivencia es genial. No hay atisbo de racismo”.  La Navidad se celebra con la degustación de pasteles marroquíes. En Ramadán, el alumnado prepara murales para conocer la tradición. La clave está “en el respeto, compartir y -concluye- educar con el corazón”.

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