En una empresa difícil y arriesgada, un comité formado por responsables de museos europeos y de Estados Unidos trabajaron para salvar el patrimonio artístico español durante la Guerra Civil. Setenta años después el Gobierno de España rinde homenaje a estas instituciones.
Obras del Museo del Prado, de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, El Escorial, Palacio Real, Biblioteca Nacional y procedentes del patrimonio eclesiástico como las del Monasterio de las Descalzas Reales y la Encarnación, así como de colecciones particulares, iniciaron un periplo que les llevó por diferentes ciudades españolas hasta llegar a Ginebra, donde estuvieron protegidas hasta el final de la guerra.
Toda esta aventura fue posible gracias a que directores de varios museos formaron en 1939 el Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles y asumieron la responsabilidad de organizar el traslado y cuidar de su protección. Setenta y un camiones atravesaron la frontera francesa con los tesoros.
Las instituciones implicadas en lo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, consideró “posiblemente, la mayor empresa de salvamento de obras de arte de la historia”, han sido condecoradas con la Orden de las Artes y las Letras de España, durante un acto celebrado en el Museo del Prado.
Representantes del Museo del Louvre, National Gallery de Londres, Rijksmuseum de Amsterdam, Tate Gallery de Londres, Museo de Arte e Historia de Ginebra, Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, Wallace Collection de Londres, Reunión des Musées de France, y Metropolitan Museum of Art de Nueva York, han recibido las condecoraciones de manos de Rodríguez Zapatero, quien agradeció en su discurso la solidaridad para poner fuera de riesgo obras de arte de valor universal.
Delante del Las Meninas, de Velázquez, obra que también participó en esta gesta “heroica, democrática y encomiable”, el presidente recordó que “algunos de los miembros del Comité utilizaron incluso su propio patrimonio para pagar los gastos derivados de la operación”.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó “la extraordinaria labor que llevaron a cabo cientos de hombres y mujeres que participaron en las Juntas de Tesoro Artístico, y que ejemplificamos en la figura de Timoteo Pérez Rubio, su presidente, que no abandonó las obras de arte hasta que,una vez finalizada la Guerra, fueron devueltas a nuestro país”.
A la creatividad humana, aseguró, “no la callan ni las bombas ni los exilios porque tras su aparente fragilidad la Cultura simboliza una fuerza capaz de sobreponerse a la derrota y a la sinrazón”.
Durante su intervención afirmó que ha llegado la hora de saldar la deuda de agradecimiento que existía y señaló que se ha querido “hacer coincidir este agradecimiento del pueblo y de su Gobierno, una gratitud tantos años pospuesta, con la Presidencia Española de la Unión Europea, porque queremos convertirlo en un reconocimiento a la Cultura como una de las señas de identidad fundamentales e irrenunciables del proyecto europeo”.
El presidente dio las gracias a las personas que participaron directamente en el salvamento, “muchos de cuyos descendientes están también con nosotros recogiendo, por primera vez, el agradecimiento oficial a los desvelos de sus familiares”, así como a los que percibieron que era imprescindible y vital las obras de arte.
Entre estos descendientes se encontraban Carlos Pérez Chacel, hijo de Timoteo Pérez Rubio; el hijo del arquitecto Jose Lino Vaamonde, los actuales Condes de Sert y Guadalupe Fernández Gascón, hija del arquitecto y pintor Roberto Fernández Balbuena, entre otros.
‘Arte salvado.70’, un recuerdo al éxodo artístico
La exposición ‘Arte salvado. 70º aniversario del salvamento del patrimonio artístico español y de la intervención internacional’, inaugurada ayer por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recuerda el éxodo hacia Ginebra de los tesoros artísticos españoles.
En la calle, la muestra recrea el marco en el que se produjo la operación de protección y salvamento de las obras de arte. Un camión de salvamento junto con paneles con imágenes seleccionadas por el comisario Arturo Colorado Castellary y cedidas, entre otros, por la Agencia Efe, Biblioteca Nacional, Museo del Prado o Patrimonio Nacional, permiten comprender visualmente la historia.
Así, se da a conocer la política de protección y salvamento llevada a cabo, la evacuación de las obras más importantes de Madrid a Valencia, más tarde a Barcelona y al Ampurdán, para finalmente ser evacuadas a Ginebra gracias a la intervención del ‘Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles’ en febrero de 1939.
Una serie de embalajes de diferentes formas y tamaños se distribuyen en el espacio expositivo.
Estos embalajes dejan entrever reproducciones a tamaño real de las obras más representativas salvadas y forman, a su vez, los soportes para la exposición de información gráfica y documental.