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La Veracruz no dejó a sus hermanos sin salir un segundo año

La Hermandad decidió arriesgarse y salir a la calle, aunque recortando su recorrido para volver al templo antes de las 23:00 horas

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  • Cristo de la Veracruz. -
La Veracruz no podía ni quería confinarse un año más en su templo por miedo a las lluvias, y así, la Junta de Gobierno de la Hermandad decidía salir a la calle y desafiar a las previsiones meteorológicas. La lluvia llegaría a las once de la noche, así que el recorrido por fuerza hubo de ser más corto, pero no por ello menos intenso.

Puntualmente salía la Hermandad de la Veracruz de su templo, en San Roque, con un cortejo de 200 nazarenos. Vestidos con túnica y capa blancas y antifaz verde, los nazarenos de esta Hermandad enfilaban Castelar en una tarde que comenzaba con un sol radiante. Pero el tiempo en abril es caprichoso, y cambia por momentos.

Por fin, el Cristo de la Vera-Cruz franqueaba las puertas de la Capilla, arrancando los aplausos de los cientos y cientos de personas que abarrotaban San Roque para verle. Antonio Marín-Arroyo Niño guió a la cuadrilla del Cristo a la calle, ansiosa por llevar a su titular por las calles roteñas, como no pudieron hacer el pasado año. La banda de cornetas y tambores de Brenes, Sevilla, dio realce a la salida y al paso del Cristo.

Llegaba el momento de la salida de la Virgen de las Angustias, que guiada por Luis Miguel Romero Bernal, iluminaba San Roque para iniciar tras su hijo un recorrido más corto pero no por ello menos esperado. La magnífica Banda Municipal 'Maestro Enrique Galán' meció a sus sones a la Madre del Señor.

Un momento complicado se vivió cuando la Hermandad llegaba, justo a las ocho, a la plaza Bartolomé Pérez. Ese era el momento de salida de la Hermandad del Santo Entierro, y si Veracruz pasaba por delante, retrasaría la salida de ésta, cosa que en un inicio se produjo, por un malentendido. Finalmente, la cruz de guía de los veracrucistas retrocedía para ceder el paso al Santo Entierro de Cristo, que inició su camino mientras la Veracruz esperaba pacientemente para seguir su camino tras de ellos.

Aunque separaron sus caminos, nuevamente volvieron a encontrarse en plaza Andalucía, aunque se solucionó con presteza por parte de ambas Hermandades, ya que ambas querían realizar sus recorridos, ya reducidos por la lluvia, que comenzaba a amenazar con su presencia, y llegar a casa a tiempo para no dañar su patrimonio.

Finalmente, la Veracruz llegaba a San Roque en torno a las diez de la noche, con tiempo suficiente para realizar una entrada digna y preservarse de la tromba de agua que, como predecían los partes, regó la localidad después. Un Viernes Santo deslucido por el tiempo, pero en el que tanto Veracruz como Santo Entierro pudieron salir a la calle a realizar sus estaciones de penitencia y a acompañar a los roteños.

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