Podríamos decir que coincidieron los deseos de rigurosa austeridad castrense del entonces teniente general jefe de la II Región, Agustín Muñoz Grandes, con la evidente inhibición municipal de los años 1994 y 1995, auto titulados de centro derecha, con cuanto se relacionaba con la milicia.
Pero nunca es tarde para rectificar y valorar justamente lo que representó para Sevilla la presencia de los Regimientos de Infantería Soria 9, de Artillería 14, de Caballería Sagunto 7 y de Ingenieros 2.
Cierto es que el primero tiene una calle sin salida en la barriada Campos de Soria, rotulada en 1970 a propuesta del constructor Ramiro Lahoz. Pero bien podría rotularse alguna vía pública con el nombre de Cuatro Regimientos, o bien individualizados pero unidos en un mismo sector urbano. Y también que se colocara una placa de recuerdo en un lugar adecuado, por ejemplo en la plaza de la Concordia, que dejara constancia de la presencia secular de las unidades militares antes citadas.
La presencia militar en nuestra ciudad se pierde en la noche de los tiempos. Las atarazanas alfonsinas, la Fábrica de Cañones, el Parque y Maestranza de Artillería, la Pirotecnia, cuarteles legendarios como San Hermenegildo, Puerta de la Carne, Universidad, Carmen y Puerta de Jerez, Tablada y la Maestranza Aérea, los más modernos de Pineda, estuvieron vinculados a la socio economía local y provincial por múltiples razones de abastecimientos, servicios mercantiles y, sobre todo, por las ayudas que las guarniciones prestaron a la ciudad en situaciones críticas, como en los casos de las continuadas riadas provocadas por el Guadalquivir en los siglos XIX y XX. Bastaría recordar los servicios prestados por el Ejército con motivo de la ruptura de las defensas del arroyo Tamarguillo en 1961 y después en la urbanización de La Corchuela, para guardar sentimientos de gratitud ciudadana.
La plaza militar sevillana estuvo ancestralmente vinculada a los Ejércitos de Tierra y la Armada, luego al del Aire, y siempre a la industria de guerra, desde la Fábrica de Cañones y la Pirotecnia hasta la Hispano Aviación y la Maestranza
A finales del siglo XIX y principios del Novecientos, la guarnición sevillana ofrecía la siguiente nómina:
Segundo Cuerpo de Ejército, Capitanía General de Sevilla y Granada, con sede en la plaza de la Gavidia, de la que dependían los cuarteles y otras dependencias de la plaza. Los tres cuarteles básicos eran los de San Hermenegildo, conocido popularmente como del Duque, que estaba al principio de la calle Jesús del Gran Poder y ocupaba toda la manzana que ahora es la plaza de la Concordia; el cuartel de la Gavidia, y el cuartel del Carmen, en la calle Baños. En estos tres cuarteles estuvieron desde tiempo inmemorial los Regimientos de Infantería de Granada 34 y Soria 9. En la calle del Sol estaba ubicado el cuartel de los Terceros, para un batallón de infantería. Otro cuartel emblemático era el de la Puerta de la Carne, entonces para un escuadrón de Caballería y luego para otro de Intendencia,
En la Real Fábrica de Tabacos, en la fachada Oeste, estaba desde 1884 un Regimiento de Artillería Montada. Los Ingenieros del Ejército estaban localizados, primero, en la calle Jesús, y después en el cuartel de la avenida de la Borbolla. El Estado Mayor y el Gobierno Militar tenían su sede en la plaza de Santo Tomás, en un edificio anexo al ex convento de Santo Tomás de Aquino. Ya en los años veinte se construyeron los cuarteles de Pineda.
Otras dependencias militares estaban destinadas a la Guardia Civil, Carabineros y Milicias, así como a Reclutamiento y oficinas. Y en el Hospital Central de la Macarena, el ala izquierda, estaba destinado a la Sanidad Militar, luego suplido por el Hospital Militar de Pineda, Vigil de Quiñones, hoy clausurado desde hace más de una década.
En cuanto a la industria militar, la decana era la Real Fábrica de Artillería, conocida como Fábrica de Cañones y Fundición de Artillería, que tuvo su inicio en 1565, consagrándose en tiempos de Carlos III, en 1782, seguida por la Maestranza y Parque de Artillería, localizada en la Resolana, actual paseo de Cristóbal Colón, con antigüedad desde 1252, cuando Alfonso X el Sabio fundó las Atarazanas, quedando definitivamente establecidas en 1763. La Pirotecnia se fundó en 1846. La Armada dio a Sevilla carácter de Provincia Marítima, y el Ejército del Aire tuvo en Tablada desde 1914 su aeródromo y escuela.