En este viernes primero del verano, proliferan las ofertas más heterogéneas en nuestras carteleras. En versión original tenemos dos dramas. Uno, que concursó en la Sección Oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla, el franco-israelí, 'La profesora de parvulario', de Nadav Lapid. Sobre una maestra dispuesta a transgredir la ley para preservar la inspiración poética de un pequeño alumno. El germen de tal historia es autobiográfico y, en general, ha interesado a la crítica. Se impone verla.
El segundo es el brasileño, 'Una segunda madre', de Anna Muylaert. Concursó en Sundance y obtuvo el Premio del Público en la Sección Panorama de la Berlinale. Cuenta la historia de la sirvienta interna en una casa pudiente, a la que la llegada de su hija, a quien no ha visto desde hace muchos años,le cuestiona sus valores y modo de vida. Sus referencias aluden que posee una buena combinación de comercialidad y conciencia social. Tampoco hay queperdérsela.
Ya dobladas, tenemos la comedia norteamericana de acción sobre una agente muy particular, 'Espías', de Paul Feig, a la que las reseñas han calificado de convencional, pero muy divertida y han coincidido en la excelente actuación de Melissa McCarthy.
El director de 'El marido de la peluquera', Patrice Laconte, estrena la que ha sido calificada como una farsa francesa clásica, con sus pros y sus contras. Se trata de 'No molestar'. Acerca de un hombre que pretende tener una hora tranquila en su casa y al que todos se empeñan en interrumpir con sus problemas. Protagoniza el siempre eficaz Christian Clavier.
De esta misma nacionalidad, y firmada por Nils Tavernier, es 'Con todas nuestras fuerzas'. Una carrera, un antiguo deportista, un hijo parapléjico y un reto. División de opiniones.
Y, por último, la estadounidense, del género de desastres, 'San Andrés', de Brad Peyton, sobre la famosa falla a la que alude el título y la amenaza del subsiguiente corrimiento de tierras. No ha convencido nada.