El Ayuntamiento de Sevilla considera que la renuncia de Ikea a construir una segunda tienda en Sevilla, concretamente en los terrenos de San Nicolás Oeste, no implica que automáticamente el Ministerio de Fomento se haya liberado del convenio firmado en su día para construir los accesos al futurible complejo comercial, esté o no esté la multinacional sueca, por lo que le exige el cumplimiento del acuerdo, que suponía una inversión superior a los 13 millones de euros.
Ikea, que llevaba desde 2008 con el proyecto de construir una segunda tienda en Sevilla pero con la idea de que le saliera gratis mediante las rentas que le generaran los comercios que se establecieran a su sombra (como un AireSur pero de su propiedad), no reparó en que para ello necesitaba de mucha más edificabilidad de la que le permitía el PGOU (la razón auténtica que ha frenado sus deseos), por lo que ha acabado tirando la toalla y comunicado su renuncia. También ha influido en que en estos ocho años de crisis económica los consumidores frecuentan más los comercios de proximidad que los situados en el extrarradio de las grandes urbes y que se han anunciado nuevos proyectos en el término municipal con tramitación urbanística ya más avanzada y que presumiblemente abrirán sus puertas a la par o incluso antes de lo que pudiera hacerlo esa segunda tienda en San Nicolás Oeste.
Uno de los obstáculos añadidos a su proyecto ha sido el de los accesos al mismo por carretera tras tumbar la Unión Europea el paso de la proyectada ronda intermedia SE-35, presentada públicamente al servicio de la multinacional sueca, por medio del parque del Tamarguillo, con la que ni siquiera se había cumplido la previa y preceptiva exigencia de su evaluación de impacto ambiental.
Al fin de crear un acceso alternativo a la SE-35 que permitiera a los futuros clientes de la segunda tienda de Ikea llegar hasta la misma cuando se erigiera sobre los suelos de San Nicolás Oeste, el Ayuntamiento, presidido entonces por Zoido, y el Ministerio de Fomento, por Ana Pastor, firmaron en abril de 2015 un convenio mediante el cual el segundo se comprometió a reformar el enlace de la SE-20 y de la A-4, y el primero a asumir la titularidad -y por tanto los gastos de conservación- de la ronda Súper Norte, construida hace un cuarto de siglo para dar servicio a la Expo-92, y el muro de Defensa y la Avenida de la Raza, que formaban parte de la carretera Nacional 630.
La inversión comprometida por el Ministerio de Fomento era de 13.380.000 euros, de forma no proporcional y en tres anualidades (de 2015 a 2017), un dinero que no ha empleado todavía en lo que va de año, y no hay perspectiva de que lo libere el próximo ejercicio pero al que el Ayuntamiento no está dispuesto a renunciar.
Según fuentes municipales, el hecho de que Ikea esté presente o ausente en San Nicolás Oeste no es condición sine qua non para el cumplimiento del convenio, entre otras razones porque en el futuro puede aparecer otro operador comercial o lanzarse otro proyecto diferente, de ahí que el gobierno de Espadas exija al Ministerio el cumplimiento de su compromiso con Sevilla, para dar así la oportunidad a otro potencial inversor a desarrollar un proyecto alternativo en la ciudad.
La distribución de los 13,3 millones
El convenio firmado en abril de 2015 establecía que el Ministerio de Fomento se comprometía a financiar una cantidad estimada inicialmente en 13,38 millones de euros (IVA incluido) con la siguiente distribución de anualidades:
El primera año, para la reparación y acondicionamiento de la Avenida de la Raza: 180.000 euros en el año 2015.
Para la redacción de los proyectos y control y vigilancia de la ejecución: 100.000 euros (2015); 400.000 (2016); 400.000 (2017). Total: 900.000.
Destinadas a las obras del enlace SE-20 y A-4: 400.000 (2015); 4 millones (2016); 5,4 millones (2017). Total: 9,8 millones de euros.
Y para la obra ronda SE-20: 680.000 euros (2016); 5,9 millones (2017). Total: 6,8 millones.