Miguel Ángel Morán, uno de los abogados de la joven madrileña en el juicio contra cinco acusados por la supuesta violación grupal en los sanfermines de 2016, ha expuesto en la presentación de su informe final que "no hubo consentimiento en ningún momento".
El abogado de la denunciante ha mantenido su petición de 24 años y 9 meses de cárcel para cada uno de los cinco andaluces acusados y una indemnización de 250.000 euros para la víctima.
A los procesados se les imputa un delito continuado de agresión sexual, otro contra la intimidad y un tercero por robo con violencia e intimidación.
En su intervención, que ha durado media hora, el abogado ha explicado que la declaración de la joven fue "precisa y consistente" y ha afirmado que "no había ninguna cuestión de resentimiento ni venganza" que pudiese llevarle a presentar la denuncia.
Además, ha indicado que la denunciante reconoció haberse besado con uno de los procesados y que entró en un portal de la calle Paulino Caballero de Pamplona (donde sucedió la supuesta agresión sexual) "sin violencia y pensando que iban a fumar un porro".
Morán ha insistido en la superioridad física de los cinco procesados, así como en "la intimidación y el miedo" de la joven cuando se produjo la supuesta violación.
El abogado también ha aludido al lugar de los hechos, que ha calificado como "un habitáculo pequeño, donde no podía huir" y donde la joven "sintió pánico".
La denunciante, ha incidido Morán, "salió llorando y nerviosa, sin poder hablar", un estado que ha sido ratificado por la pareja que la encontró en un banco de la Avenida Roncesvalles y por los agentes de la Policía Municipal que fueron los primeros en atenderla.
Respecto a los siete vídeos, de 96 segundos de duración en total, ha indicado que demuestran que "ella no participa en ningún momento en los actos".
Sobre las posibles contradicciones de la joven, ha afirmado que obedecen a que "todo transcurre en treinta minutos" y a que ella "no conoce la ciudad".
En cualquier caso, ha considerado que "no es lógico pensar que una chica que tiene una vida normal de repente pase a una relación grupal consentida". "No tiene ni pies ni cabeza", ha recalcado.
Morán ha abundado en las contradicciones de los procesados, entre las que ha destacado que atribuyeron a la chica la frase de que "podía con dos y con cinco" cuando ella en su declaración solo habló de cuatro supuestos agresores o la percepción de éstos de que había "mucha gente en la calle", cuando las cámaras de grabación muestran lo contrario.
Sobre el testimonio de los acusados de que la denunciante se lo estaba "pasando bien y tomaba la iniciativa", ha precisado que ni los vídeos ni los audios demuestran esa tesis "en ningún momento".
Asimismo, ha sostenido que las psicólogas del juzgado que realizaron un informe para evaluar el estado de la joven se ratificaron en que ésta padecía estrés postraumático.
En ese sentido, ha afirmado que la víctima, tras los hechos, tenía que tratar de llevar "una vida lo más normal posible" y, según afirmaron las psicólogas, "no se debe esconder en las sombras".