El juicio a los cinco jóvenes acusados de violar a una chica durante los sanfermines de 2016 ha quedado visto para sentencia tras la presentación de las conclusiones finales de los abogados defensores, que han pedido la absolución de sus defendidos aludiendo a "pruebas viciadas" y "presiones mediáticas".
Los tres abogados defensores que hoy han intervenido en la última sesión del juicio, celebrado al igual que ayer a puerta abierta, han insistido en que no hay pruebas que contradigan la versión de los cinco acusados de que las relaciones sexuales fueron consentidas, por lo que han defendido su inocencia, como los propios jóvenes han proclamado al ejercer su derecho a la última palabra.
El abogado Agustín Martínez Becerra, defensor de tres de los cinco acusados, todos ellos andaluces, ha negado hoy los cargos sustentados en unas pruebas a su juicio "viciadas de origen".
La suya ha sido la primera intervención de la última sesión del juicio y en ella ha repetido las declaraciones de la propia denunciante en las que admitió que, por su comportamiento, los acusados pudieron entender "que sí o que no" había consentido las relaciones sexuales.
"No son modelo de nada", incluso "patanes", "imbéciles" en algunos aspectos, "simples" y "primarios" con el fútbol o las relaciones sexuales, "cuantas más mejor", pero son "trabajadores" y "buenos hijos" y se "está destruyendo" su imagen y su nombre "sin que hayan cometido el delito", ha asegurado.
Jesús Pérez, abogado del guardia civil acusado, ha afirmado en la exposición de su informe final que la declaración de la víctima estuvo "influenciada por terceros" y también "instrumentalizada".
Pérez ha sostenido que comunicó al tribunal antes de que se celebrase el juicio que "la presión mediática podía influir en los testigos" y "eso es lo que sucedió".
Por tanto, ha puesto en duda la objetividad del informe de la Policía Foral sobre los vídeos grabados por los acusados y también el realizado por las psicólogas del juzgado, que acreditaba la existencia de estrés postraumático en la joven.
Ha defendido no obstante el informe psicológico realizado por el perito de la defensa que, según ha dicho, indica que la denunciante "exageraba los síntomas de depresión y ansiedad" y había "rasgos histriónicos" en ella.
El abogado Manuel Canales, defensor del militar procesado, ha proclamado la inocencia de su cliente y ha asegurado que la joven madrileña presentó denuncia por el "pánico" que sintió al pensar que se habían grabado las relaciones sexuales con su móvil.
Canales ha subrayado que la chica "no quería denunciar, se vio forzada por las circunstancias" y necesitaba "buscar una solución, una salida" si las grabaciones estaban en su móvil, que subió las imágenes a internet automáticamente.
El abogado, que ha considerado que antes de llegar al portal donde sucedieron los hechos "acordaron todos ellos mantener relaciones sexuales", ha opinado que quizás a la chica le sentara mal que la dejaran diciéndole, "con malas formas, muy mala educación y fuera de las reglas de la caballerosidad", que iban a "seguir la fiesta solos", pero los acusados "no huyeron".
Tras la presentación de las conclusiones finales de la defensa, los cinco acusados han hecho uso de su derecho a la última palabra para declararse inocentes y mostrar su "confianza" en la justicia.
"Inocente" se han declarado uno a uno, para añadir que confían en la justicia, incluso "plenamente", y uno de ellos, el guardia civil que robó el móvil de la joven, mostrarse "arrepentido" por ello y pedir "perdón".
Tras su intervención, el juicio, en el que los cinco jóvenes son acusados de presuntos delitos de agresión sexual, contra la intimidad y robo con violencia, ha quedado visto para sentencia.