El presidente de la Generalitat, Quim Torra, se ha querellado contra el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra por delitos de injurias graves e incitación al odio, debido a las declaraciones en las que le tachó de "nazi", y le ha enviado dos libros sobre catalanes en campos de concentración nazis.
En declaraciones a la cadena Ser, el pasado 28 de mayo, Guerra afirmó: "Tenemos a un presidente de la Generalitat que habla exactamente igual que un nazi, pero decimos que es supremacista, no vaya a ser que se enfade".
Según ha informado la Generalitat en un comunicado, en el escrito de querella, presentado en el Juzgado de Instrucción de Sevilla, se argumenta que Guerra "profirió de forma reiterada descalificaciones gravemente ofensivas" que "atentan contra la dignidad y honorabilidad del jefe del Govern".
La querella, por los delitos de injurias graves cometidas con publicidad y de incitación al odio, añade que las afirmaciones de Guerra "no se pueden considerar en ningún caso amparadas por el derecho fundamental a la libertad de expresión".
También se subraya que atribuir la condición de "nazi" al presidente de la Generalitat es una afirmación "claramente insultante y vejatoria" y que "el ánimo específico de injuriar se encuentra implícito", por lo que "no hay ninguna duda de que la finalidad del querellado es vejar y menospreciar la imagen y dignidad" de Torra "de forma totalmente innecesaria y gratuita, desacreditándolo pública y gravemente".
El escrito insta al juzgado a incoar las correspondientes diligencias previas, así como otras diligencias, como que se cite a declarar a Guerra en calidad de investigado.
En paralelo a la presentación de la querella, Torra ha enviado al exdirigente socialista ejemplares de los libros "Els catalans als camps nazis" (Los catalanes en los campos nazis), de Montserrat Roig, y "Contes negres vora el Danubi" (Cuentos negros cerca del Danubio), de Roc Llop.
Junto a esas dos obras, Torra ha adjuntado una nota manuscrita en la que pide a Guerra: "Nunca más se vuelva a dirigir a mí con la palabra nazi, el peor insulto que puede recibir un demócrata catalán. No sólo me ofende a mí personalmente, sino a la institución que represento y también a la memoria de tantos que lucharon por la libertad y que sufrieron el horror del fascismo".