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Sevilla

La turbidez del estuario se debe a los aportes fluviales y erosivos

El estudio de las universidades de Sevilla, Málaga, Cádiz, Huelva y el CSIC descarta afecciones por los dragados de mantenimiento en el río Guadalquivir

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  • Inicio de las jornadas sobre el estuario del Guadalquivir. -

Las conclusiones de las investigaciones científicas acometidas por las universidades de Sevilla, Málaga, Cádiz, Huelva y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre la situación y devenir del estuario del río Guadalquivir conectan la alta turbidez del agua con "aportes fluviales y taludes erosivos" y no aprecian "afecciones significativas" de los dragados de mantenimiento en los parámetros biológicos y sedimentológicos.

El antiguo pabellón de México de la Universidad de Sevilla, legado de la exposición iberoamericana celebrada en 1929, ha acogido este miércoles la I Jornada de comunicación científica sobre el estuario del Guadalquivir, al objeto de presentar las conclusiones de los estudios encargados por la Autoridad Portuaria de Sevilla a las universidades de Sevilla, Málaga, Cádiz y Huelva y el CSIC, en torno al estuario del río, para ampliar el conocimiento sobre su entorno natural y promover soluciones innovadoras que compatibilicen el aprovechamiento de sus recursos y su plena conservación.

Estos estudios científicos, coordinadas por José Carlos García Gómez, catedrático de Biología Marina de la Universidad de Sevilla, han tenido un carácter pluridisciplinar, abarcando áreas como la biología, el medio ambiente, la geología o la oceanografía, para completar las investigaciones ya iniciadas en una anterior etapa, ampliando el grado de conocimiento con una técnica dinámica basada en el sondeo de todo el río con una embarcación oceanográfica y la posterior colocación de estaciones centinela en los puntos del río que más información puedan aportar.


Las conclusiones de tales investigaciones, en ese sentido, llegan después de que en 2017, la Autoridad Portuaria de Sevilla decidiese suspender finalmente el proyecto de dragado de profundización planeado desde hace años para ampliar el calado del tramo navegable del Guadalquivir, como consecuencia de las múltiples "dificultades e incertidumbres" afrontadas por la iniciativa.

En paralelo, la institución anunciaba un "giro" hacia una "estrategia" donde la mejora de la sostenibilidad ambiental del río sea un "objetivo permanente y prioritario", para generar un escenario que permita en su momento un "nuevo proyecto de mejora de la navegabilidad".


CADA UNO DE LOS ESTUDIOS

En cualquier caso, esta batería de investigaciones arranca con una modelización del Grupo de Oceanografía Física de la Universidad de Málaga sobre el comportamiento de las mareas y su influencia sobre el estuario del Guadalquivir. Fruto de dicha modelización, los científicos han resuelto que la "cuña salina", es decir el lugar donde la salinidad disminuye más rápido, se sitúa a unos 30 kilómetros de la desembocadura del río en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Además, fruto de este estudio media una nueva estimación de la amplitud de la onda de marea a lo largo de la ría del Guadalquivir, gracias a lo cual el Puerto de Sevilla ha podido incrementar 20 centímetros, hasta 7,2 metros, el calado máximo de entrada al canal de navegación del río.

En el caso de la investigación desarrollada por el Grupo de Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental (GAIA) de la Universidad de Huelva, ha versado sobre los sedimentos del estuario, tratándose de una primera aproximación al estudio de la materia en suspensión en las aguas del Guadalquivir. Este estudio, en ese sentido, supone un avance en el conocimiento de la génesis y evolución de la elevada turbidez del estuario. Y aunque "se ha constatado que mayoritariamente la procedencia (de los materiales en suspensión en el agua) es de aportes fluviales y taludes erosivos", será necesario un nuevo estudio científico que clarifique definitivamente el origen y evolución de la alta turbidez del estuario.

En cualquier caso, este estudio ha detectado "valores extraordinariamente altos" en la sedimentación del estuario del Guadalquivir, relacionados con la elevada turbidez y los "procesos de saturación" inherentes a tal fenómeno.

Además, la investigación acometida por el grupo de Estructura y Dinámica de Ecosistemas Acuáticos de la Universidad de Cádiz y el laboratorio de Biología Marina de la Hispalense ha concluido con la comprobación de que el estuario del río es una "zona de cría de numerosas especies de peces, especialmente altas densidades de boquerón". Es más, según este estudio, "la densidad del boquerón en el estuario del Guadalquivir es hasta diez veces superior a la del estuario del Guadiana", toda vez que la turbidez del agua "tiene un efecto significativo sobre la capacidad de detección de presas y de depredación de los peces".


LOS DRAGADOS DE MANTENIMIENTO

El laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Sevilla, además, ha analizado los dragados de mantenimiento que periódicamente son acometidos en el canal de navegación, sin apreciar "afecciones significativas" en los parámetros biológicos y sedimentológicos del Guadalquivir. En el caso de la deposición del material de dragado en el área del vaciadero marino, a unas seis millas de la costa y fuera de la reserva de pesca, ha quedado de relieve que "las continuas deposiciones de material han generado una heterogeneidad física del sedimento que ha provocado un aumento de la biodiversidad".

En ese mismo ámbito ha profundizado el estudio del grupo de Conservación de la Biodioversidad del CSIC, que ha indagado sobre la relación entre los dragados de mantenimiento y las comunidades de aves, detectando que "la biodiversidad en los vaciaderos terrestres" de los materiales procedentes de los dragados de mantenimiento "es muy elevada, superior al entorno del estuario". Es más, se han detectado hasta "70 especies de aves" asociadas a estos vaciaderos.

De este mismo estudio, además, surge la conclusión de que "las márgenes del río más degradadas se encuentran muy desprovistas de vegetación, facilitando los procesos de erosión", por lo que "deben implementarse en el futuro acciones de protección y reintroducción de vegetación autóctona".

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