En el plazo de 24 horas, Juan Espadas Cejas (Sevilla, 1966) volverá a empuñar el bastón de mando de la ciudad para otros cuatros años. Fue un 13 de junio de 2015 cuando, con sólo 11 concejales, consiguió hacerse con la Alcaldía de una de las grandes ciudades de España.
Mañana, el socialista Juan Espadas logrará arrancar un nuevo mandato con el voto únicamente de su grupo, pero con dos concejales más que hace cuatro años, con un batallón popular mermado (ocho concejales frente a los 20 de Juan Ignacio Zoido), un Cs que no ha dado el sorpasso al PP (cuatro ediles, uno más que en el anterior mandato), una confluencia (Adelante Sevilla) que no ha conseguido la multiplicación de los panes y los peces (cuatro sillones en el Pleno frente a los cinco que sumaron IU y Participa en 2015) y un Vox que irrumpe con dos concejales y que promete una oposición muy centrada en combatir posiciones ideológicas.
Juan Espadas mantiene una de las plazas importantes de poder del PSOE en el panorama nacional, logra su objetivo de gobernar en solitario sin necesidad de pagar ningún peaje y afronta un mandato en el que lo que hay que hacer es mucho pero “está ya en marcha”, en palabras del alcalde.
Espadas se ha forjado la fama de persona fiable y predecible. De hecho, su gestión y programa de Gobierno para este mandato que ahora arranca está escrito, y refrendado, desde hace ya meses. Consta de 88 páginas y lleva por título Plan Estratégico Sevilla 2030. Fue aprobado el pasado 11 de abril por el Pleno municipal y, aunque verá la luz con el voto entonces negativo de PP y Cs (lo calificaron de venta de humo sin cronograma ni presupuesto concreto), Juan Espadas hizo en aquella sesión una promesa en firme: “No les tendré en cuenta este error”. “Nuestro objetivo debe ser fijar a Sevilla en el mapa de las ciudades más atractivas no sólo para visitar sino también para invertir o para vivir”, señaló el alcalde el pasado 2 de mayo en la Fundación Cajasol en un desayuno informativo.
“Ésa es la Sevilla compartida -continuó- de la que habla nuestro Plan estratégico Sevilla 2030: un proyecto de ciudad por el bien común”. Esa ciudad compartida implica diálogo para sellar consensos. Espadas insistirá en estos cuatro años en la fórmula seguida en su primer mandato. Mirará a derecha y a izquierda para conseguir sacar adelante los tres acuerdos de ciudad que considera “imprescindibles”: promoción exterior para atraer inversiones, una movilidad sostenible que requiere de la ejecución de infraestructuras pendientes desde hace décadas y el hercúleo reto de “transformar la realidad de los barrios más necesitados y generar allí un futuro en igualdad de oportunidades”. “Estos tres elementos -dijo en Cajasol- son las llaves del futuro de la Sevilla que queremos en 2030”.
Un ambicioso plan que testará muy pronto la voluntad de acuerdo del nuevo Pleno municipal. Será en la negociación de los presupuestos. La fórmula Espadas es por todos conocida: se sentará a negociar sin dogmatismos, buscará la colaboración de las administraciones y llamará a las puertas de la iniciativa privada. En este sentido, el discurso del socialista Espadas difiere del resquemor, cuando no pavor, que dentro de las filas de su partido genera la expresión colaboración público-privada.
El primer mandato de Juan Espadas ha estado marcado por la búsqueda de la implicación de las empresas y del tejido productivo en la vertebración de políticas con las que lograr mejorar la situación de la ciudad en materias como el empleo y la generación de riqueza.
El proyecto de ciudad que “está ya en marcha” para los próximos cuatro años consta, según Espadas, de un centenar de proyectos que “de Norte a Sur, de Este a Oeste, es un proyecto compartido de inversión público-privada que alcanza los 3.400 millones de euros repartidos en iniciativas de todos los ámbitos”. El nuevo Gobierno municipal que liderará Espadas está convencido de que Sevilla juega ya en “otra liga” gracias a los cimientos que se han puesto en los últimos cuatro años. Cimientos en los que esa iniciativa privada ha sido clave. Pero igualmente es consciente de que la realidad va por barrios y que los estudios que confirman lo evidente (el Polígono Sur, Los Pajaritos y Amate son los barrios más pobres de España) requieren de una respuesta que no puede esperar más.
Ese compromiso con los vecinos y familias más vulnerables tendrá su reflejo desde el mismo esqueleto del Gobierno, con un mando único para coordinar los actuales cinco planes integrales aprobados. La Sevilla sostenible, innovadora y atractiva para invertir y vivir que Espadas está convencido de que será una realidad en 2030 pasa por un concepto tan antiguo como imperioso: la igualdad de oportunidades.
Estabilidad institucional y un equipo con continuidad
“Sevilla merecía tener por fin un proyecto compartido que centrara todos sus esfuerzos. Y creo que necesita también un liderazgo fuerte con una amplia mayoría de un alcalde y de un equipo de Gobierno para llevarlo adelante, que genere confianza”.
Éste fue el deseo que expresó Juan Espadas a 24 días de que se abrieran las urnas para que los sevillanos eligieran a su alcalde para los próximos cuatro años. Y una vez cerradas las urnas, las papeletas depositadas por los ciudadanos hicieron realidad ese deseo.
Los trece concejales del grupo socialista, pero también los resultados del resto de los partidos, ni de lejos lo esperado por unos y otros, son suficientes para que Espadas pueda gobernar con cierta comodidad. Estabilidad institucional lo llaman. Para gestionar este nuevo tiempo, de nuevo la fórmula Espadas es la que se impone: aquello que funciona se deja (previsible) y se mejora y refuerza aquello cuyos resultados son manifiestamente mejorables. Siguiendo este estilo puramente Espadas, que es como decir puramente estilo gestor, en el equipo de Gobierno se mantendrán como pilares fuertes los concejales Antonio Muñoz y Juan Carlos Cabrera.
Para conseguir reconducir la situación en barrios cuyas situaciones laborales y sociales son extremadamente delicadas, Espadas pondrá al frente a otro de sus hombres fuertes. Juan Manuel Flores será el encargado de coordinar los planes integrales, los instrumentos claves con los que articular políticas y medidas (con el concurso y apoyo de administraciones y empresas) que transformen la realidad de estas zonas y que garanticen la igualdad de oportunidades de casi 700.000 sevillanos.