Un interno de la prisión Sevilla II ubicada en la localidad de Morón de la Frontera, de nacionalidad marroquí y que responde a las iniciales T.M., ha agredido este miércoles a un funcionario arrojándole a la cara gran cantidad de lejía cuando éste se disponía a repartir el desayuno en el Módulo de Aislamiento donde se encontraba el reo.
Según ha informado el sindicato de prisiones Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitencias (Acaip) en un comunicado, a consecuencia de estos hechos, ocurridos sobre las 8,45 horas, el funcionario, después de una primera atención por los servicios médicos de la prisión, ha tenido que ser trasladado para su ingreso en un centro hospitalario de la capital hispalense.
El organismo sindical ha apuntado que este interno es de "extrema peligrosidad" y acumula en tres años, desde su ingreso en prisión, "más de cien sanciones disciplinarias por graves altercados contra
funcionarios de prisiones" en distintos centros penitenciarios como Algeciras, Puerto III, A Lama (Pontevedra), Teixeiro (LA Coruña), Soto del Real (Madrid V) o Segovia.
Para Acaip, esto es "otro episodio más" de la espiral de agresiones y conflictividad que sufren día a día los trabajadores de Instituciones Penitenciarias en esta prisión.
Así, el organismo sindical ha anunciado que solicitará "de inmediato" a la dirección del centro penitenciario el traslado de todos los internos que estén involucrados en actos violentos que atenten contra la seguridad y la integridad de sus empleados, el aumento de los vigilantes de interior en el Departamento de Aislamiento, o bien la reducción del número de internos en el mismo y la creación de una mesa de evaluación y estudio con las distintas organizaciones sindicales para el tratamiento de las estrategias a seguir frente a las agresiones sufridas por el personal penitenciario.
Por otro lado, Acaip ha censurado que la Administración penitenciaria sigue "sin tomar medidas" para poner freno a las agresiones que sufren los trabajadores de Instituciones Penitenciarias, implantando un protocolo de agresiones con el que, "lejos de reducirlas, se han visto incrementadas", e "incumpliendo sistemáticamente" las directrices del propio protocolo como el de la intervención del abogado del estado en la defensa de los trabajadores afectados en los supuestos de agresiones.
Además, ha reprobado "la falta de concursos ajustados a criterios equitativos" o "la inexistencia de cursos generalizados de formación específica en seguridad penitenciaria", así como "los inadecuados equipos de uniformidad y falta de medios materiales".
