Los profesionales de enfermería del Servicio de Neurología del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, en colaboración con la Unidad de Disfagia Orofaríngea del Servicio de Rehabilitación, la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Servicio de Endocrinología y Nutrición y el Servicio de Alimentación del mismo centro hospitalario, se encuentran trabajando actualmente para realizar una serie de mejoras en beneficio de pacientes hospitalizados que sufren disfagia.
La disfagia se define como la dificultad o imposibilidad de tragar. La persona que padece esta enfermedad tiene dificultades para preparar la comida en la boca o para que esta se desplace desde la boca hasta el estómago. El ictus es una de las causas más frecuentes de disfagia orofaríngea, su incidencia se estima en un 30-65%.
Según un comunicado, para los expertos, la disfagia orofaringea tras un ictus multiplica por tres el riesgo de padecer una neumonía y se asocia con mayor mortalidad intrahospitalaria, peor pronóstico funcional y malnutrición, entre otras complicaciones.
Por ello, todos los profesionales de enfermería del Servicio de Neurología están formados en la detección precoz de la disfagia orofaringea y a todos los pacientes que sufren un ictus, antes de iniciar la ingesta oral, se les realiza un test de cribado de la deglución, y detectar así, los pacientes que se encuentran en riesgo para su posterior confirmación diagnóstica, mediante la colaboración con el Servicio de Rehabilitación y la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Servicio de Endocrinología y Nutrición.
Dicho cribado permite desde el inicio, conocer que texturas son las que el paciente tolera mejor y por lo tanto lo que puede comer de forma segura y eficaz. Durante el último año las citadas unidades, han trabajado de manera multidisciplinar en tres mejoras importantes para los pacientes.
Primero incluyendo la dieta de 'Disfagia 2', destinada a aquellos pacientes que solo presentan disfagia a líquidos. Con ella, estos pacientes pueden beber de forma segura, adaptando el líquido a su capacidad de deglución, pero pudiendo comer algo mas que purés de manera segura, evitando las texturas mixtas (donde se mezclan líquidos con sólidos a la vez).
Esta iniciativa, presentada por la responsable de Cuidados del Servicio de Neurología, Lidia Ruiz, ha sido trabajada de forma conjunta con las doctoras Juana Rabat de la Unidad de Nutrición y Dietética del Servicio de Endocrinología y Nutrición y Paola Díaz, especialista en Rehabilitación y experta en disfagia y presentada en la Comisión de Alimentación del centro hospitalario.
En este marco de trabajo multidisciplinar, y con la participación activa del jefe de sección del Servicio de Alimentación, Abraham Romero, y el responsable de Bromatología, Rafael Fernández, se elaboraron los menús, implantándose este tipo de dieta durante el pasado año.
En esta misma línea de innovación y seguridad del paciente con disfagia, también se han realizado modificaciones en los cubiertos que acompañan a estas dietas, sustituyendo los anteriores de plástico, que resultaban frágiles e inseguros, por otros realizados de material biodegradable de maíz, de mayor resistencia.
Por último y gracias a la adquisición de nuevas tecnologías desde el Servicio de Alimentación, se han podido elaborar recetas trituradas de alto valor nutricional y con una textura homogénea, suave y sin grumos, preparadas especialmente para pacientes con disfagia, todo ello con la máxima seguridad microbiológica, gracias a las altas temperaturas a las que trabaja la máquina y a la mínima manipulación de producto.