Préstamos rápidos online vs préstamos bancarios: no hay color

Publicado: 14/05/2018
Pedir un préstamo en un banco puede suponer una experiencia tortuosa, sobre todo cuando lo que se necesita es una cantidad de dinero no excesivamente elevada
Pedir un préstamo en un banco puede suponer una experiencia tortuosa, sobre todo cuando lo que se necesita es una cantidad de dinero no excesivamente elevada. Cuando no hablamos de una hipoteca, sino de disponer de efectivo para asuntos que no requieren de tanto presupuesto, lo mejor son los créditos rápidos online. Hablamos de asuntos importantes como obras menores o reparación del coche, pero también de planificar unas vacaciones para pagarlas cómodamente a posteriori o la compra de algún electrodoméstico.

Muchísimas son las empresas que se dedican a hacer este tipo de préstamos y la tarea de ponerse a comparar puede llevar mucho tiempo. Afortunadamente, existen portales web como https://crediteria.es/ que realizan ese trabajo por el usuario. Eliminar al banco de la ecuación supone borrar de un plumazo los engorroso trámites y papeleos a los que obligan las entidades bancarias. El papeleo es ingente y lo más normal es que el banco nos haga ir físicamente a una oficina a realizar los trámites. Esto, en la época de internet, es absurdo. En cambio, las ventajas de los créditos rápidos online son inmejorables. En apenas 15 minutos se puede disponer de hasta 1.000 euros.

El proceso de contratación  se ha simplificado enormemente en comparación con los préstamos bancarios tradicionales. El plazo de reembolso de los minicréditos suele ser de un máximo de 30 días, aunque hay algunas entidades que permiten devolver el dinero en un período mayor sin imponen comisiones a los clientes. Sin embargo, es importante conocer que estos productos son una fuente de financiación esporádica y que no se debe recurrir a ellos de forma muy habitual. Así, no es aconsejable solicitar un minicrédito si no estamos seguros de que podremos reembolsarlo en el plazo acordado con el prestamista. Por otra parte, los minicréditos tienen un coste elevado, así que hay que tener muy claro que es lo mejor para un imprevisto económico y cuando se tiene la seguridad de que se puede devolverlo en el plazo de un mes. En ese caso la utilidad de estos productos será elevada.

Otra ventaja respecto a los créditos bancarios es que también se puede recurrir a los préstamos rápidos cuando no hay propiedades con las que avalar un préstamo. El aval es una de las primeras cosas que piden las entidades porque es una garantía a través de la cual el banco se quita de encima la responsabilidad. De esta manera, si no existe nada con lo que avalar los préstamos rápidos se ofrecen alternativas solventes y que evitan todas las complicaciones de este tipo de trámite en un banco.

Eso sí, hay que tener en cuenta que es un compromiso que puede ser a corto, medio o largo plazo y debe estudiarse cómo va a impactar en la vida financiera del solicitante. Por ello, una vez el dinero esté en la cuenta tras haber sido concedido el préstamo, es muy importante revisar bien sus términos y condiciones, así como el contrato de préstamo para que no perder de vista ningún punto importante.

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