Ismael Rodríguez, el cazador acusado de matar a dos agentes rurales el 21 de enero de 2017 en Aspa (Lleida), ha tomado la palabra en la última jornada del juicio en la Audiencia de Lleida para pedir "perdón de corazón" a las familias de las víctimas.
Ya sé que es imperdonable lo que hice, pero nunca en la vida hubiera pensado que yo hubiera podido hacer algo así
El acusado ha querido leer una carta que, según él, tenía escrita desde hacía un año y en la que ha querido pedir reiteradamente perdón a las familias de los dos agentes rurales por unos hechos para los que, ha afirmado, "todavía no tengo respuesta".
Las familias, por el contrario, han decidido abandonar la sala y no escuchar las palabras de Rodríguez.
"Ya sé que es imperdonable lo que hice, pero nunca en la vida hubiera pensado que yo hubiera podido hacer algo así", ha asegurado el acusado.
"No soy mala persona, lo contrario. Nunca he sido un chico problemático, me encantaba ayudar a la gente", ha añadido en esta carta en la que aseguraba también que "no iba de fiesta, ni tomaba drogas y, ni siquiera, fumaba".
Rodríguez, en su alegato, ha confesado que ha pensado en suicidarse en alguna ocasión y ha subrayado: "ojalá pudiera dar mi vida por la de ellos dos".
"Creo que si una cabeza funciona bien, puede controlar todo el cuerpo, pero ese día mi cuerpo actuó involuntariamente porque mi cabeza no funcionó bien", ha asegurado.
En este sentido, ha agregado: "Todavía busco una imagen del momento en el que pasó todo, pero no sé qué pasó. A veces la vida nos pone en situaciones en los que la cabeza no da órdenes al cuerpo y, éste, reacciona de cualquier manera".
El acusado también ha asegurado estar viviendo "una pesadilla" de la que todavía no ha "despertado".
"Llevo mucho tiempo llevando este peso, el peso de saber que he arrebatado al padre a esas dos criaturas inocentes. No se imaginan la angustia que llevo dentro", ha dicho.
Finalmente, el acusado ha confesado que siente "pánico" en el día en el que el juez dictará su sentencia por unos hechos que, ha insistido, "ya estoy pagando y por los que no hay ni un día en el que no me arrepienta de lo ocurrido".
Las últimas palabras del cazador han ido dirigidas a su familia y a su pareja que, tal como ha anunciado, está embarazada de una niña.
Por otra parte, esta tarde han tenido también lugar las conclusiones de todas las partes.
El ministerio fiscal mantiene la pena de prisión de 48 años por dos delitos de asesinato con atenuante por confesión y por un delito por tenencia ilícita de armas. Además, ha añadido una multa por un delito contra la fauna y la flora.
La acusación particular, por su parte, se ha mantenido en su petición de 51 años de prisión por un doble asesinato, un delito por tenencia ilícita de armas y un delito contra la fauna y la flora.
Tanto Fiscalía como las acusaciones se han mantenido en posición de calificar la actuación de asesinato al considerar que Rodríguez disparó a los agentes con la intención de encubrir que no tenía en regla la licencia de armas y que tampoco tenía el permiso necesario para cazar aquel día en el coto de Aspa.
También consideran que hubo alevosía al entender que ninguno de los dos agentes pudo reaccionar, ni estaban en igualdad de condiciones que el acusado.
La defensa, por su parte, considera que los hechos probados son constitutivos de un delito de homicidio al presentar el acusado una supuesta patología mental que actúa como atenuante en los hechos.
De igual forma, la defensa pide un eximente por enfermedad, lo que se traduciría en el ingreso en un centro psiquiátrico del acusado.
El veredicto del jurado popular podría darse a conocer previsiblemente el próximo viernes.