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sociedad

Los médicos aseguran que la madre de Olivia no se arrepintió de matarla

No presentaba sus facultades mentales alteradas, se mostró “consciente” de que había matado a su hija y su estado anímico era “normal, distante y frío”

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  • juicio -

La especialista de Medicina Interna y la psiquiatra del hospital de Jove de Gijón que atendieron a la mujer acusada de asesinar a su hija Olivia de 6 años, el pasado mes de octubre, han asegurado que a las pocas horas del crimen era “consciente” de que la había matado, que su estado era “normal, distante y frio” y que no mostró arrepentimiento alguno.

Las dos facultativas han prestado declaración este lunes en calidad de testigos ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Gijón en una comparecencia a la que han asistido los abogados Daniel Labrador y Julio Diéguez, que están personados en el procedimiento como acusación particular en representación de Eugenio García, padre de la menor.

A la salida del juzgado, el abogado Daniel Labrador ha explicado que la madre de Olivia no presentaba rasgo alguno de que tuviera sus facultades mentales alteradas, en todo momento se mostró “consciente” de que había matado a su hija, su estado anímico era “normal, distante y frío” y ha descartado que tras el asesinato hubiera tenido intención de suicidarse.

Labrador ha confirmado a EFE que la única argumentación que hasta el momento ha expuesto la mujer como justificación de su acción al administrar pastillas a su hija con las que acabó con su vida es que “no quería que la menor estuviera con su padre”, que acababa de obtener la custodia de la pequeña.

En su declaración ante la magistrada, la psiquiatra ha corroborado que la mujer “sabía qué había hecho”, no mostró “ningún arrepentimiento” y fue dada de alta a las pocas horas porque la cantidad de pastillas que ella ingirió la noche del asesinato no precisó tratamiento específico, según ha señalado el letrado de la acusación particular.

La mujer, de 48 años, permanece en el Centro Penitenciario de Asturias desde el pasado 2 de noviembre cuando la titular del Juzgado de Instrucción número 1 decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza siguiendo el criterio de la Fiscalía en base a la gravedad de los hechos, lo elevado de las penas que, en caso de condena, podrían imponerle, y la existencia de riesgo de fuga.

Los hechos ocurrieron poco antes de la medianoche del domingo 30 de octubre en un piso situado en el número 71 de la calle Gaspar García Laviana, en el barrio gijonés de El Llano, donde la mujer y su hija vivían desde hacía unos pocos meses.

Tras recibir una llamada en la que se alertaba de la desaparición de ambas, los agentes lograron entrar en el piso, ubicado en la cuarta planta, y encontraron a la niña ya fallecida tendida en la cama junto a su madre.

La mujer indicó que había tomado pastillas y fue evacuada, ya detenida, al hospital Jove de Gijón para su observación a lo largo de la noche, antes de ser trasladada al día siguiente a las dependencias policiales.

El padre de la menor, Eugenio García, que fue alertado en su casa de Segovia por agentes de la policía, se trasladó conmocionado hasta Gijón, donde relató a los periodistas que acababa de obtener la custodia tras un proceso que se había prolongado durante cinco años.

La niña se había quedado al cargo de la madre durante el fin de semana y estaba previsto que el padre se trasladara el lunes siguiente con la menor a Segovia.

El pasado 5 de diciembre, Eugenio García ratificó por videoconferencia desde Segovia la declaración que prestó ante la Policía al día siguiente de los hechos y pidió ante los medios de comunicación que este caso sirva para concienciar y "legislar" para proteger a los menores.

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