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Punta Umbría

?Sólo los enamorados pueden decir ciertas verdades?

El músico catalán Kiko Veneno publica hoy Dice la gente, en el que el autor canta al amor, a las raíces y, por supuesto, a Andalucía, una musa a la que retrata con cariño pero sin evitar la crítica, ya que según explicó ?sólo los enamorados pueden decir ciertas verdades?.

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El músico catalán Kiko Veneno publica hoy Dice la gente, en el que el autor canta al amor, a las raíces y, por supuesto, a Andalucía, una musa a la que retrata con cariño pero sin evitar la crítica, ya que según explicó “sólo los enamorados pueden decir ciertas verdades”.

“Soy andaluz de tradición pero catalán de nacimiento. Vivo en Andalucía desde los dos años. Allí fue donde aprendí a hablar y además mi música es puramente andaluza”, afirmó el artista en una entrevista con Efe.

Andalucía es una de las composiciones que ha dedicado a esa comunidad, “una especie de himno”, eso sí, “un poco crítico” porque “sólo los enamorados pueden decir ciertas verdades”, aseguró el músico.

“Andalucía política e industrialmente significa poco, pero las raíces, la cultura y la tradición son muy fuertes”, opinó Kiko Veneno, quien reconoció la dificultad de retratar en una canción “a la nacionalidad con más personalidad que hay en España”.

El barrio del Raval de Barcelona es otro de los nombres propios de este disco y el escenario del videoclip de La rama de Barcelona, el primer adelanto de Dice la gente.

“La productora que grabó el vídeo tenía autonomía y no he decidido nada. Barcelona es una ciudad que me entusiasma, el Raval tiene mucha vida aunque también tiene carencias. Creo que es positivo ver como la gente baila en sus calles”, aseguró Kiko Veneno, de 58 años.

Además el músico quiso dejar claro que su intención “no era mostrar ninguna realidad”. Y es que palabras como prostitución o delincuencia se asocian con un barrio que, a través de la Fundación Tot Raval, se defiende de lo que consideran una “injusta estigmatización del Raval como barrio degradado y conflictivo”.

“No vi mala convivencia y por supuesto era notable una mayoría inmigrante. A nadie le gusta emigrar, aunque no me considero partidario de grandes barrios como los que hay en París, donde de repente viven 3.000 árabes en un suburbio a las afueras” explicó Veneno, quien abogó por una inmigración “más paulatina”.

“Ojalá haya más fusión de verdad, más integración. Lo que lamento de es que haya millones de personas que no tengan para comer y tengan que buscar una solución de emergencia”.

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