Con el título de ‘Tintinábula’, el Ayuntamiento de Arcos tuvo a bien celebrar un concierto histórico con las campanas de las parroquias y ermitas como protagonistas. Esta iniciativa se enmarca en la declaración del toque manual de campanas español como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO el día 30 de noviembre de 2022.
El sábado, a las nueve de la mañana, con el toque alba y el repique de la campana de la ermita del Santísimo Cristo del Romeral dio inicio el largo periplo, que continuaría por orden con los toques de las campanas de la capilla de Nuestra Señora de la Caridad, parroquia de María Auxiliadora, iglesia de San Agustín, parroquia de San Pedro Apóstol, capilla de las hermanas mercedarias y Basílica Menor de Santa María de la Asunción (en este caso con el toque del Ángelus).
Acto institucional
A partir de ahí tuvo lugar el acto institucional donde se reconoció el papel de los campaneros, acto celebrado en el salón de plenos y que contó con la colaboración de la Diputación provincial de Cádiz.
En esta cita tomaron parte el alcalde de la ciudad, Miguel Rodríguez; su primer teniente de Alcalde, Leopoldo Pérez; el delegado municipal de Cultura, Andrés Camarena, y el párroco de Santa María, Manuel Jesús Ortiz, con el ánimo de ensalzar el trabajo que desde hace siglos realizan los campaneros de Arcos; una labor que hoy día no ha desfallecido hasta el punto de contar con algunos auténticos especialistas, que en el caso de la ciudad encuentran a Domingo Olivera un verdadero maestro del ancestral oficio. En el mismo intervino el campanero Ildefonso Braza para dar lectura a un manifiesto en el que también agradecía al Ayuntamiento esta novedosa iniciativa.
Tras el acto institucional, el concierto siguió por el campanario de la iglesia de San Juan de Dios, capilla de Nuestra Señora de las Aguas y parroquia de San Francisco. A primeras horas de la tarde, los monaguillos locales se citaron vestidos con su correspondiente roquete en la parroquia de María Auxiliadora para iniciar un concierto, en este caso, de campanas manuales: esquilas y carrillones. Poco después sería la hermandad del Dulce Nombre la que protagonizaría el toque manual con su muñidor. La estampa se repetiría con los monaguillos de la hermandad del Nazareno en San Agustín y con los acólitos de San Pedro con la campana sacramental de este templo. Del mismo modo, la hermandad del Silencio hizo sonar su muñidor para que posteriormente se procediera al traslado de la matraca desde el palacio del Mayorazgo. Luego sería la hermandad de Veracruz la que haría sonar su muñidor en San Juan de Dios, y haciendo lo propio, los monaguillos de Santa María con salida desde la plaza del Cabildo y los acólitos del mismo templo con la insignia de la Santa Sede.
La sonada jornada terminó con el momento álgido en el que todos los campanarios y espadañas de la ciudad, junto a los muñidores, acólitos y monaguillos, hicieron tocar sus campanas al unísono junto a las manuales de esquilas, campanillas y carrillones.