Las dos hermandades del Jueves Santo arcense se vieron obligadas a permanecer en la iglesia de San Juan de Dios y parroquia de San Pedro en el Día del Amor Fraterno. Las de Vera Cruz y El Silencio no pudieron ofrecer su catequesis plástica por la lluvia o amenaza de ésta: canción que ha martilleado durante toda la Semana Santa en la cabeza de los cofrades.
En el primer caso, la procesión prevista a las seis de la tarde no se arriesgó, pues a esa hora la lluvia era casi inapreciable, pero las previsiones apuntaban a que, de haber salido, una tormenta podría haber sorprendido a las sagradas imágenes del Cristo de la Vera Cruz, Nuestra Señora de las Angustias y San Juan Evangelista. La hermandad se inclinó tras la habitual reunión de urgencia de la junta de Gobierno, con un extraordinario cabildo de oficiales, por conmemorar el Vía Crucis dentro del templo, que poco después quedaría abierto a las numerosas personas que, confiadas en la ‘clemencia’ meteorológica, se encontraban junto a San Juan de Dios.
La hermandad dirigida por Laura Oñate como legado familiar había previsto una serie de estrenos que, aunque no fueran mostrados en plena calle, vienen a enriquecer su patrimonio material. Entre ellos, el banderín del grupo joven que ha sido diseñado por Álvaro Abril y bordado por Rubén Mesa, y un total de ocho varas y cuatro palermos de diputado. En su acompañamiento musical había previsto el del grupo de cámara Ibis Clausus de La Línea de la Concepción junto al Cristo, y el del quinteto Mirabrass de Sanlúcar de Barrameda, al lado de la Virgen. Este año la hermandad contaba con 90 hermanos acompañando a las sagradas imágenes, así como su habitual onzuria de ‘armaos’.
Los arcenses tuvieron ocasión de contemplar a los sagrados titulares, además, en la ceremonia de besapiés del pasado Domingo de Ramos. También el grupo joven de la hermandad pudo celebrar el Sábado de Pasión su particular procesión por las calles.
El Silencio
Aunque la estación penitencial del Santísimo Cristo de los Remedios y Paz y Nuestra Señora de los Dolores quedó igualmente suspendida, se vivieron momentos especialmente emotivos, desde la ofrenda floral realizada nuevamente por el equipo de Gobierno del Ayuntamiento hasta la de un grupo de hermanos, así como la simbólica y fraternal ofrenda de una palma a la hermandad por parte del hermano mayor de Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén, Juan Jesús Perdigones, que hizo personalmente a su homónimo del Silencio, David Romero, como detalle de solidaridad. La hermandad lo tenía todo organizado para la salida de medio centenar de hermanos de fila y en torno a 22 mujeres de mantilla, en esta ocasión con el novedoso acompañamiento de la Banda municipal de Música Vicente Gómez Zarzuela tras el acuerdo entre la Corporación del Jueves Santo y el Ayuntamiento.
Nazareno
‘La Madrugá’ arcense fue un copia y pega de las anteriores frustradas procesiones. En su caso, la junta de Gobierno también esperó a última hora para confirmar la suspensión de la estación penitencial. Como marcan los estatutos, ante esta situación tocaría rezo del Vía Crucis dentro del templo de San Agustín, en cuyos alrededores se agolparon cientos de desconfiados con la previsión meteorológica y acariciando la esperanza de una procesión que no llegó a celebrarse. La alternativa fue una vez más el rezo del Vía Crucis.
A renglón seguido, se procedió a abrir las puertas de San Agustín dejando paso a la multitud congregada para recibir la bendición de la Imagen más venerada de la ciudad y oír los cantos del coro de la hermandad, cerrándose una madrugada atípica con la tradicional plegaria. El delegado municipal de Cultura, Andrés Camarena, representó al Ayuntamiento en este significativo momento de la Semana Santa arcense.
Los tres pasos que componen el cortejo, el de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso y San Juan Evangelista, y la Santa Mujer Verónica, permanecieron perfectamente dispuestos para ser admirados por la feligresía, hermanos y fieles en general.