Nada puede comprenderse sin su contexto sonoro o visual, y sin el ruido que se ha ido generando a través de la historia, y que hoy más que nunca parece tener una mayor amplificación que suele desvirtuar la realidad y a ignorar los derechos humanos bajo gritos y explosiones, de muertes y secuestros, de barbaridades y salvajadas.
No podemos olvidar que en mayoría de las ocasiones el secreto de nuestros suele ser, en la mayoría de las ocasiones el éxito de nuestros secretos, y aunque nos encontremos inmersos en una burbuja que desde la soberbia nos lleva a la vanidad de vanidades a la insensibilidad en un triple salto mortal, en la que entre la realidad y los espejismos, no acertamos a situar en cada momento, provocando en ocasiones un mal y ruidoso espectáculo de extraña y rechazable ambientación.
Si no nos colocamos en el lugar del otro, no entenderemos nada y tenderemos a emplear el lenguaje inadecuadamente y a interpretar la realidad desde posturas polarizadas, sin procurar acuerdos beneficiosos sobre las grandes cuestiones y no quedarnos encerrado en la persistencia del error.
Me vienen a la memoria esos versos de ese gran trovador cubano, que fue Pablo Milanés, cuando dice: “La vida no vale nada cuando otros se están matando / Y yo sigo aquí cantando, cual si no pasara nada /La vida no vale nada si escucho un grito mortal /Y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga.”
Muchas veces hemos de hacer que la gente piense que da igual lo que piense la gente, y no cometer el error de que muchos de los que sean tontos se crean muy listos. En los momentos que vivimos, una de las cosas que más ruido provoca desde nuestra ignorancia es la Inteligencia Artificial, que no va a obligar a repensar muchos de nuestros objetivos de presente y futuro.
La falta de escrúpulos hace que muchos Estados no se ocupen ni se preocupen del estado de sus ciudadanos y ciudadanas. Entre desconsuelos y desconciertos asistimos al espectáculo del ruido sin llegar a hablar, dialogar y entendernos.
A lo largo de la historia, mujeres y hombres de las distintas partes del mundo, de distintas partes del mundo , de distintas posiciones y creencias , desde el compromiso y la coherencia , han sido capaces, sin alardes y alharacas ,de dar incluso su vida para defender sus ideales , convicciones y principios, dejado un legado de entrega y generosidad a la humanidad.
Cuando perdemos nuestra capacidad de imaginar y nos quedamos presos de la realidad, tenemos demasiado ruido y no entendemos nada, incluso demasiadas veces simplificando los análisis de unos contra otros, de buenos contra malos.
En estas letras no voy a referirme a que los oportunistas, aprovechados y cínicos que son los capitanes del desastre humano y siempre están dispuestos a pregonar como se sacrifican por los demás, y no hay en mundo precedentes tan generosos como ellos.
Hay algunos ejemplares de la fauna humana, que en su abnegación por la causa común, terminan cayéndoseles la careta y mostrándonos su verdadero rostro, que no es un legado de mártires sino que encierran también su parte oscura en un cúmulo de actuaciones, que son la evidencia de su falsedad e hipocresía..
Su falta de pudor, su carencia de cualquier conocimiento que haya sido aprendido en un proceso de elaboración intelectual, el exceso de sus cantinas y repetitivas cantinelas, no nos ofrece el mejor de los paraísos sino el más aburrido de los entremeses sobre lo que nunca debería pasar.
