Desde aquel domingo seis de marzo en el que cayeron 142 litros por metro cuadrado en tres horas los habitantes de esta barriada no duermen tranquilos, sobre todo porque saben que el problema que ocasionó las graves inundaciones no se ha solucionado.
Los vecinos aseguran que un año después de la catástrofe continúan en la misma situación, sin que el Ayuntamiento de Algeciras haya arreglado el colector. Tan sólo tienen una nueva promesa sobre la mesa, esta vez la del alcalde, José Ignacio Landaluce. La asociación de vecinos Manuel de Falla considera un paso positivo la propuesta que el equipo de Gobierno ha hecho a la Junta de Andalucía, a través de la Mancomunidad de Municipios, de suscribir un convenio para ejecutar infraestructuras en materia de saneamiento, financiándolas a través del canon de mejora autonómica del agua. El proyecto engloba tres zonas de actuación urgente: los colectores de la Cuesta del Rayo, de la dársena de El Saladillo y del Cobre. Se trata de un proyecto que superaría los 16 millones de euros.
A pesar de ello, los vecinos se muestran escépticos. El presidente de la asociación de vecinos, Juan Pedro Ávila, explicó que son muchos años los que la barriada lleva pidiendo la limpieza y arreglo del colector y durante ese tiempo han escuchado promesas de todos los políticos para ejecutar la obra. La última la del ex alcalde socialista Diego Sánchez Rull que cifró es coste de la obra en 3,8 millones. Sin embargo, la realidad muestra que ninguna se ha cumplido.
Por ello la asociación de vecinos ha iniciado una campaña de recogida de firmas en la barriada que serán remitidas al alcalde, José Ignacio Landaluce como aviso de que, si no cumple su compromiso, los residentes de la Cuesta del Rayo seguirán luchando como hasta ahora.
“Mientras el colector no esté arreglado seguiremos teniendo miedo” afirmó Susana Pérez, vecina de la barriada y afectada. Aseguró que cuando llueve no duerme. “Parece que desde ese día mi cerebro tiene un chip, automáticamente tengo que bajar a sacar el coche del garaje y me encuentro con más vecinos que les ocurre lo mismo que a mi. Es muy triste vivir así”, lamentó.
“Todo el invierno temblando por el tiempo y gracias a Dios que este año no está lloviendo porque no hay nada arreglado”, relató otra vecina.
“Sentimos impotencia porque llevamos mucho tiempo pidiendo la obra del colector”, subrayó otro vecino, Alberto Mesa, quien lleva 60 años en la barriada y aseguró haber escuchado muchos proyectos.
Todos llevan toda la vida viviendo en la Cuesta del Rayo y las inundaciones siempre les han acompañado. “Cuando era pequeño estaba jugando en casa de mis padres con un fuerte de indios y llamé a mi madre para decirle que mis indios se estaban ahogando”, recordó Ávila la primera vez que vivió una inundación en primera persona.
El presidente vecinal relató cómo los vecinos se han echado ya varias veces a la calle reclamando el arreglo de la infraestructura.
Operarios del Ayuntamiento limpiaron el pasado verano los husillos de la barriada para intentar mejorar la situación en caso de lluvias, pero los vecinos advirtieron que “aquí la única solución es el arreglo del colector, todo lo demás son parches”.
“Cuando llueve en Algeciras, en la Cuesta del Rayo lo hace sobre mojado por el problema que tenemos”, puntualizaron los damnificados.
Ayudas
El día después de las inundaciones, el Ayuntamiento abrió una oficina para atender a los damnificados y tramitar las ayudas por las pérdidas ante el Gobierno.
Un año después, esas ayudas no han llegado ni a la mitad de los afectados que las solicitaron. La asociación de vecinos Manuel Falla recordó que se tramitaron solicitudes para más de 200 familias y sin embargo sólo 96 casos han recibido la prestación económica estipulada por el Gobierno para emergencias.
Josefa Santos es una de las vecinas que ha recibido la ayuda. “Es una miseria, me han dado 1.200 euros y lo perdí todo. Muebles, electrodomésticos, colchones...Que me expliquen cómo podemos reponer lo que estropeó el agua con ese dinero”, lamentó. Los damnificados confirmaron que la cantidad máxima que algunos han recibido ha sido de 2.400 euros. “Es a todas luces insuficiente y como mínimo hay una diferencia de 4.000 euros entre las ayudas y las pérdidas”, abundó Alberto Mesa. Y todo ello pesé a que el anterior equipo de gobierno habló en su día de cantidades máximas de 15.120 euros.
Susana Pérez aseguró que si volviera a inundarse su casa ya no podría afrontar los gastos que supone reparar lo perdido.
Para el presidente de la asociación vecinal todo hubiera cambiado si se hubiera declarado la zona catastrófica tal y como se reivindicó desde la barriada.
Los vecinos no saben con exactitud cuántos vehículos quedaron inservibles tras anegarse las calles. Tan solo en un garaje de la barriada 30 coches quedaron totalmente cubiertos de agua. “Aquello parecía una piscina”, recordaron los afectados.
Pocos han podido recuperar sus vehículos, y los menos han logrado recibir algún dinero de los seguros de los coches.
La tromba de agua también ahogó al pequeño comercio que se ubica en la Cuesta del Rayo.
Algunos como los dueños del restaurante De boca en boca no han vuelto a abrir. Lo perdieron todo y no pudieron sobreponerse. Tampoco se atrevió a reabrir el propietario del bar Canguro porque tiene miedo a nuevas inundaciones.
Otros comerciantes sí lograron salir adelante a pesar de las grandes pérdidas ocasionadas. La panadería sigue despachando pan a pesar de que aquel 6 de marzo el agua se llevó 2.000 kilos de harina. También continúan abiertos la peluquería Galindo o la papelería.
Y a pesar de todos los daños que ocasionó la tromba de agua, los residentes de la Cuesta del Rayo dan gracias de que no hubo que lamentar pérdidas personales, gracias en parte a que la tromba de agua se produjo a mediodía de un domingo y no de madrugada. “En la calle Fray Luis de León había una señora impedida que no podía salir, se salvó gracias a que dos vecinos se tiraron al agua y la pudieron sacar, si esto ocurre de madrugada no sé qué hubiera ocurrido”, relató Ávila.
La barriada sí quiso agradecer la ayuda que prestó a los vecinos la parroquia del Corpus Christi, entregando mantas a los más necesitados a pesar de haber resultado también afectada por las inundaciones y la que dio la asociación de mujeres en búsqueda activa de empleo (Ambae): “Esto no es una cuestión política, nos da igual qué partido arregle el colector, pero que lo hagan ya. No queremos pasar ni un invierno más con el miedo metido en el cuerpo”, expresó Ávila como el sentir de la Cuesta del Rayo.