El tiempo en: Arcos

Ronda

Los antiguos inquilinos esperan el juicio ocho años después del derrumbe de calle La Bola

Tras reabrirse el caso, los afectados aguardan la vista previa al juicio, que esperan para 2013. El único imputado es el arquitecto Santos Buendía y responsable subsidiario el Consistorio

Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Así quedó la casa hace justo 8 años -

Han pasado ocho años. La noche del 13 de septiembre se vino abajo la casa natal que fue de Fernando de los Ríos, el edificio de calle La Bola donde se encontraban tres establecimientos comerciales: Calzados Charito, Farmacia Delgado y Benetton. Ocho años después, los propietarios de esas tiendas, inquilinos en aquel viejo edificio, siguen reclamando ante la justicia una indemnización por los daños sufridos tras el derrumbe.
El caso, que fue inicialmente sobreseído tras la denuncia interpuesta, por lo penal, fue posteriormente reabierto, tras aceptarse un recurso de los demandantes. El juez que decidió la reapertura estimó, según su auto, que “no se adoptaron las medidas preventivas necesarias” para evitar el derrumbe.
Es por ello que los afectados esperan que este próximo año 2013 pueda finalmente fecharse el juicio, tras que se produzca la necesaria vista previa. No obstante, el proceso está ahora en Fiscalía, de la que se espera de nuevo el traslado a Ronda como acto previo.
El único imputado es el arquitecto Enrique Santos Buendía, quien elaboró el proyecto del Centro Comercial Abierto de Ronda, cuyas obras en el primer tramo de calle La Bola, según los denunciantes, provocaron el derrumbe. El técnico, además, se encargó de la dirección de las obras y dispuso la realización de una cata longitudinal al edificio, de unos dos metros y en la que incluso podía entrar una miniexcavadora, una zanja que estuvo abierta dos semanas. La zanja, prevista inicialmente en pleno centro de la calle para para introducir bajo el suelo las nuevas comunicaciones, se desvió tras un modificado del proyecto junto a la fachada. Por decreto se aprobó dicho cambio, sin pasar siquiera por el pleno del Ayuntamiento. Y el edificio terminó cayéndose, según los denunciantes por esta presunta negligencia.
Los propietarios de las tiendas, con contratos de renta antigua, reclaman ante la Justicia el llamado lucro cesante, que no es sino el conjunto de los beneficios que desde 2004 a 2014, cuando vencían esos contratos de renta antigua, habrían podido conseguir. Además, solicitan una indemnización por las pérdidas que sufrieron: “Era septiembre, como ahora. Teníamos mucho material en las tiendas, ante la nueva temporada. Para nosotros empezó en 2004 la crisis”, denunció a RONDA SEMANAL uno de los demandantes.
La pregunta, 8 años después, sigue estando en el aire: ¿Sirvieron las obras de calle La Bola para derribar un edificio cuya demolición prohibió la Junta? Los afectados creen que sí, y esperan obtener la razón más pronto que tarde, tras la larga espera.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN