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Ronda

Romero y saetas para el Señor de los Gitanos y La Amargura

Varios guardias civiles escoltaron los pasos

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  • María Santísima de la Amargura -

Domingo de Ramos gitano. Al pasar el Gran Puente, el olor a romero que irradian las calderas en torno a Santa María inunda el centro. Llega la hora de Er Manué y la Virgen guapa, la Madre de la Amargura.

Después de dos años sin poder realizar estación penitencial, la hermandad disfrutó este Domingo de Ramos de una extraordinaria estación penitencial, que arrancó emocionante dentro de la propia Iglesia de Santa María, adonde se realizó la primera levantá del Señor en favor de un niña enferma, lo que provocó la incontenible emoción de los presentes. 

La puerta de la Iglesia se abrió puntual a las siete; y salió la extraordinaria Cruz de Guía, de madera policromada. Flanqueándola, dos hermanos, que portaban el primigenio hábito nazareno que en los años 50 ideó Papaché, aquel que se descubrió entre las pertenencias de uno de sus hijos fallecidos; sin capirote, con los colores de la hermandad, corona de espinas en la cabeza; en la mano farol encendido. El año pasado no pudieron realizar estación penitencial, así que salieron a la calle este año; puede que sea el único.


Milimétricamente el paso del Señor descendió hacia la Plaza del Silencio. Fuera hubo que colocar, como cada año, los respiraderos, con los que resulta imposible salir desde la Iglesia. Sonó La Saeta a cargo de la banda Nuestra Señora de la Oliva (Vejer, Cádiz). El extraordinario trabajo de los costaleros no evitó vítores y emociones. El romero quemado lo inunda todo. Y sale la Virgen; tez morena; ojos verdes; reluce su corona, restaurada este año como también las potencias del Señor. "¡Guapa!", le gritan una y otra vez.

Junto a cada paso, dos agentes de la Guardia Civil escoltan a las imágenes; ocurre por primera vez, tras solicitarlo la Hermandad al capitán del cuerpo en Ronda.

Hubo que esperar hasta calle Armiñán esta vez para oír la primera saeta. El gentío esperaba a la Hermandad hasta bien pasado el Puente.

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