Pescadores de Conil de la Frontera y Barbate se han concentrado en la mañana de este lunes en el puerto barbateño para reivindicar los problemas por los que está pasando el sector, con la finalización del acuerdo con Marruecos y el problema que causa el alga asiática, que ha hecho que "ni el verano esté siendo bueno".
El fin del acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, el impacto del cambio climático que ha desplazo especies y la proliferación de un alga invasora que está arruinando el caladero ha llevado a la "agonía" al sector pesquero de las localidades gaditanas de Barbate y Conil.
Pescadores y armadores de ambos puertos se han concentrado hoy en la lonja del puerto de Barbate para expresar que este sector ha "tocado fondo" y que las casi 500 familias que viven de estas pesquerías "no pueden esperar más".
El día en el que ha concluido el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, que para ser renovado debe esperar a una sentencia de la justicia europea sobre las aguas del Sáhara Occidental, y la proximidad de las elecciones han animado a este sector pesquero artesanal a elevar la voz de alarma sobre su situación y exigir la atención de los políticos.
Tras una pancarta en la que se leía "¡Gobierno actúa! nos falta pan, nos sobran algas! ¡queremos trabajo, no limosnas", los pescadores y armadores de Barbate y Conil han leído un manifiesto.
"Estamos todos juntos hoy para manifestar que no vamos a esperar más y que los límites han sobrepasado todos los niveles. Tenemos que plantarnos, y exigir más que nunca la atención real que no se nos ha prestado en estos últimos tiempos", han advertido en el comunicado.
"Nos negamos a soluciones que tengan que esperar porque nuestras familias no pueden esperar más. Hoy y ahora. No hay vuelta atrás para quienes pretenden gobernarnos: soluciones ya para todos los pescadores de Barbate y Conil", han reivindicado en el manifiesto que ha leído Nicolás Fernández, secretario de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cádiz y general de la Organización de Productores Pesqueros Artesanales de Conil.
El fin del acuerdo de pesca con Marruecos es sólo uno de sus problemas, puesto que en este último ciclo la rentabilidad era tan baja que la mayoría dejaron de hacer uso de sus licencias para acudir a las aguas vecinas.
En su manifiesto se han quejado de que "la natural riqueza" de "un marco inigualable por su riqueza biológica" como es el Golfo de Cádiz y el Estrecho de Gibraltar "se ha roto por muchas circunstancias".
La proliferación del alga asiática invasora en el caladero, un cambio climático "que ha desplazado especies" o el "aumento desproporcionado de una especie como el atún rojo que ha pasado de migrar a ocupar el espacio del Estrecho de Gibraltar como comunidad permanente" rompiendo la cadena trófica, son algunas de esas circunstancias que están haciendo "que desaparezca la pesca y con ello la identidad de nuestras poblaciones".
La falta de rentabilidad causa "el desapego a un certero relevo generacional", han advertido.
Por estos motivos, han reclamado "la atención política y administrativa de las autoridades, la toma en serio y con compromisos firmados de darnos soluciones viables, factibles y reales a este declive de nuestra actividad, que se encuentra precisamente en manos de ellos".
"Alguien tendrá que buscar la solución, nos la tiene que dar quien tiene las competencias, se llama Madrid, se llama Bruselas , se llaman todos los organismos que tienen que determinar que se hace con nosotros", explicaba a los periodistas Nicolás Fernández.
Durante la concentración el armador de Barbate Tomás Pacheco ha reivindicado que el acuerdo de pesca con Marruecos vuelva a renovarse a pesar de que en estos últimos años no ha sido rentable.
Sólo cuatro barcos andaluces y siete de canarias que han faenado al menos veinte días en el trienio 2021 al 2023, por lo que serán los únicos que pueden recibir las ayudas que el Gobierno ha aprobado para los pesqueros afectados por el fin del protocolo con Marruecos.
"Ha sido un periodo atípico por la pandemia, la guerra de Ucrania que ha aumentado una barbaridad, y porque los recursos no han sido óptimos", ha lamentado Pacheco.
Según han explicado desde la Organización de Productores Pesqueros Artesanales de la Lonja de Conil (OPP72), el problema del alga invasora hasta ahora se está paliando con ayudas, pero "hace falta un proyecto y una revisión a largo plazo, porque una ayuda sirve unos meses pero el problema es de futuro, el alga está ahí siempre".
En este sentido, han recordado que en el último congreso que organizaron los pescadores de la zona, precisamente en Barbate, los científicos ya avisaron de que "el alga no se va a ir y hay que convivir con ella". Asimismo, han señalado que el alga, en el fondo marino, "está limitando las especies y con ello las capturas".
Por otra parte, han apuntado a otro problema con el atún, ya que era una especia estacional que estaba de paso y ahora se han detectado comunidades de atunes permanentes en la zona, lo que hace que otras especies locales que siempre han estado por la zona desaparezcan. Por ello, se está trabajando con el Ministerio para repartir una parte de la cuota de atún al sector de los barcos artesanales.
Los pescadores piden soluciones porque lo que quieren es ir a pescar, trabajar y reivindican de las administraciones un entorno favorable para ello.
CALADERO MARROQUÍ
Por su parte, Tomás Pacheco, de la Cofradía de Pescadores de Barbate, ha señalado que la situación con Marruecos es "la pérdida de un caladero en el que se ha faenado desde hace más de 70 años". En cuanto a la situación actual, ha afirmado que "el tipo de ayuda que ha puesto la Secretaría General de Pesca deja mucho que desear y a la flota andaluza casi la deja sin opción de cobro".
Pacheco ha recordado que la situación con Marruecos afecta a unos 15 barcos y 300 familias en Barbate con "un futuro incierto, porque tendremos que irnos al Golfo de Cádiz y saturarlo un poco más".
Por su parte, Inés Domínguez, gerente de la Organización de Productores Pesqueros número 6 de Barbate, ha explicado que el problema del alga asiática se viene padeciendo "desde el año 2015 y lo único que se ha conseguido es que la declaren alga invasora y nada más".
En cuanto al acuerdo, ha lamentado que "no han permitido ni una mínima prórroga para terminar el año, lo cual no se entiende porque la sentencia no es firme, el acuerdo se habría podido prorrogar hasta diciendo y han acortado seis meses de una economía que para Barbate y Conil es fundamental".
"Son muchas licencias y es mucho el dinero que han invertido los barcos de la zona en este acuerdo y ahora el Ministerio paga con una ayuda que a priori solo cuatro barcos andaluces van a tener posibilidad de acogerse", ha añadido.
Domínguez ha subrayado que "no queremos ayudas, queremos un convenio nuevo, y lo que tenían que habernos dado es una sola indemnización por el lucro cesante, por toda aquella economía perdida".
La falta de pescado en el caladero y el elevado precio del combustible, entre otras circunstancias, han hecho que el acuerdo pesquero entre la UE y Marruecos que expira este lunes no haya sido rentable en este último ciclo para los pesqueros de las localidades gaditanas de Barbate y Conil de la Frontera que lo usan para faenar en aguas vecinas.
"En 2019 se vendieron en la lonja de Barbate 3.700.000 euros de pescado marroquí. En 2022 la cifra bajó a 240.000 y en 2023 sólo se ha vendido 20.000 euros", explica a EFE Inés Foncubierta, gerente de la Organización de Productores de Pesca Número 6, que agrupa a pesqueros de la localidad gaditana.
De hecho, ninguno de los barcos que incluso había pagado la licencia para este último trimestre ha acudido en las últimas semanas a faenar en las aguas marroquíes.
"Si antes costaba 3.000 euros el gasoil para ir a faenar a Marruecos, ahora es un 50 % más caro y el precio del pescado es el mismo", añade Foncubierta.
Junto a la subida de los costes, estos barcos se han encontrado con la escasez de pescado en un caladero en el que ya no abundan los boquerones, la especie a la que se dedica la flota de cerco, o el pez sable, el voraz o el jurel de fondo, especies a las que, entre otras, se dedican los artesanales de palangre.
"Ese caladero de la zona de El Estrecho nada más que tiene ya atún rojo", una especie que, tras ser sometida hace unos años a un plan de recuperación, ahora abunda en esas aguas y, "como un carroñero", está "poniendo en jaque" a las especies de las que se alimentan, según explica a EFE Nicolás Fernández , secretario de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cádiz y gerente de la Organización de Productores Pesqueros Artesanales de Conil de la Frontera.
Es una voraz competencia para estos pesqueros gaditanos que se une a la de los barcos marroquíes que van a esas mismas aguas. "La flota marroquí ha ido creciendo de forma increíble", explica Nicolás Fernández.
Comparten agua pero no reglas, porque, por ejemplo, la flota marroquí no está obligada a hacer los dos meses de parada biológica que sí tiene que hacer la europea.
El sector se queja además de que cada vez que se ha ido renovando el acuerdo "ha habido nuevas imposiciones", como la necesidad de embarcar a tres tripulantes marroquíes en cada barco, o de desembarcar un 30 % de las capturas en los puertos de Marruecos.
"El valor comercial en Marruecos no es el mismo que en la lonja de Barbate. Yo no me puedo permitir, por exigencias del protocolo, vender cajas de pescado en Marruecos a 10 cuando en España lo puedo vender a 30. Somos empresas y tenemos que rentavilizar los gastos e inversiones que hacemos", cuenta Tomás Pacheco, uno de los armadores de los barcos de Barbate que usa este acuerdo.
Aún así el sector sigue necesitando este acuerdo. Sobre todo "por seguridad jurídica" de los barcos artesanales, como explica Nicolás Fernández.