Los principales lagares de Jerez están ya a pleno rendimiento, en una
vendimia de alta calidad pero con producciones sensiblemente inferiores a
las de las campañas precedentes. Tras la primera semana de actividad la
producción supera ya los 10 millones de kilos, con una graduación media
superior a los 11,5º baumé.
A pesar de las previsiones de un retraso en el inicio de la vendimia con respecto a lo que había sido la tónica de los últimos años, las altas temperaturas han acelerado la maduración de la uva, especialmente en el interior del Marco, por lo que nuevamente la
segunda quincena de agosto ha marcado el inicio de las labores de corta y molturación.
Como es habitual, la vendimia ha comenzado en el Marco de nuestras Denominaciones
de Origen de forma muy escalonada, comenzando por el interior y desplegándose
progresivamente hacia los pagos más próximos a la costa.
Oficialmente, el dispositivo especial de control del Consejo Regulador se puso en marcha
el pasado día 13 de agosto, si bien en un principio sólo para el control de las labores en
algunos pagos del interior y en gran medida con destino a la elaboración de Vino de la
Tierra de Cádiz.
Como es sabido, este tipo de vino requiere que la uva presente unos
mayores niveles de acidez, por lo que su recogida suele adelantarse unos días respecto de
la uva con destino a los vinos amparados. Finalmente, fue el pasado lunes día 20 cuando
el dispositivo comenzó a funcionar a pleno rendimiento. El Consejo prevé utilizar en esta
campaña un equipo de unos 40 inspectores, entre los miembros del Órgano de Control y
Certificación y las contrataciones eventuales que cada año se realizan al efecto.
En total,se ha recibido solicitudes de inscripción de 26 lagares, repartidos entre siete de los nueve
términos municipales que comprende la Zona de Producción del Jerez-Xérès-Sherry. De
ellos, doce se encontran ya en funcionamiento desde finales de esta semana,
nueve de ellos en Jerez, dos en Trebujena y uno en Sanlúcar de Barrameda.
Las condiciones climatológicas del año agrícola han sido particularmente secas, con un
nivel medio de pluviosidad ligeramente por encima de los 300 litros, lo que apenas
supone la mitad de la lluvia recogida en un año normal.
Si bien a comienzo del verano elestado fenológico de la vid hacía prever una evolución lenta, a partir del envero se haproducido una aceleración de la maduración, de tal manera que la uva que se está recogiendo alcanza una media de Baumé holgadamente superior a los 11º. La escasez de
lluvias de primavera ha propiciado además un magnífico estado sanitario de la uva, por lo
que puede afirmarse que estamos ante una cosecha de gran calidad.
Cosa distinta es el aspecto cuantitativo. Se confirman las previsiones iniciales de una
cosecha corta, con descensos de producción que oscilan de unos pagos a otros entre el 15
y el 20%, lo que situaría la cosecha en el entorno de los 50 millones de kilos. Por otra
parte el tamaño del grano, relativamente pequeño, va a determinar unos rendimientos
en mosto también cortos. En todo caso, habrá que esperar a la evolución de las
temperaturas y el régimen de vientos de los próximos días para poder hacer unas
estimaciones de cosecha más afinadas.
De acuerdo con los registros del Consejo Regulador, tras los últimos arranques y bajas, la
superficie total de viñedo inscrito asciende a unas 6.900 hectáreas, si bien hay que
recordar que aproximadamente 525 de estas hectáreas están acogidas al Plan Piloto
suscrito con la Junta de Andalucía en el marco del Plan de Viabilidad y su producción
quedará íntegramente destinada a la elaboración de mosto azufrado con destino a
mosto concentrado rectificado.