La Asociación Zebra, Altas Capacidades Ronda, acaba de constituirse recientemente con el objetivo de promover una educación adecuada a las personas, tanto menores como adultos, que tienen altas capacidades intelectuales (ACI), así como dar visibilidad a sus necesidades y sensibilizar a la población en general al respecto.
Como explica Inmaculada Pereila, psicóloga con formación en altas capacidades y secretaria de la asociación -cuya presidenta es Gema Gómez y la tesorera Alejandra Martín-, “Zebra se crea a raíz de la necesidad que presentan las familias que tienen hijos con estas características de cubrir las carencias o hacerles una proyección de ese potencial que tienen”.
En este sentido, destaca que “se trata de menores con necesidades educativas especiales” y apunta que “se estima que solamente está valorado un 2 por ciento de la población que tiene altas capacidades y, de ese 2 por ciento, el 80 por ciento son varones, ya que las mujeres suelen pasar más desapercibidas”.
Otro de los objetivos de la asociación es favorecer una adecuada formación a familiares, educadores y profesionales para mejorar la comprensión y los tratamientos de personas con ACI, así como promover su integración social en el entorno ya que se ha detectado una “falta de conexión a iguales con los que jugar y una ocultación de esta característica por parte de las familias para evitar que estos menores sean etiquetados y rechazados”. “Se les presupone que tienen que saber de todo y que tienen notas excelentes, y no es así -explica Inmaculada Pereila-. Muchas familias lo ocultan, y así no pueden favorecer que sus hijos se relacionen con otros iguales”, de ahí la necesidad de darle visibilidad y de sensibilizar a la población.
Entre sus líneas de actuación, la asociación apuesta por trabajar los mitos, lo que está detrás de ese miedo a etiquetar; utilizar el patrimonio de Ronda para plantearles retos y despertar su curiosidad sobre cultura o arquitectura; trabajar la neuroeducación para saber cómo funciona el cerebro de una persona con ACI; dotar a los docentes de herramientas para que puedan potenciar a esos menores; trabajar la gestión emocional; crear un sentimiento de comunidad, “la mayoría de los padres nos hablaban de la soledad con la que han vivido esto” apunta la psicóloga; y fomentar la actividad física, “porque hay un sector importante de estos niños que se quedan en la mente, y tenemos que ayudarles a que bajen al cuerpo y reconozcan sus emociones físicas”.
Entre los proyectos que plantea el colectivo para los próximos seis meses, se centran en la actividad física con ‘Taichi al aire libre’; en el turismo con ‘Conoce tu patrimonio’; la gestión emocional con relajación con caballos; el fomento de las habilidades sociales con talleres en el poblado prehistórico de La Algaba; y jornadas de ocio y convivencia. Las personas que quieran conocer el trabajo de la asociación o inscribirse pueden contactar a través del email altascapacidadesronda@gmail.com.
Otra forma de pensar y de sentir
Una persona con ACI tiene un CI (Cociente Intelectual) por encima de la media, una gran creatividad y un alto nivel de perseverancia en aquellas tareas que le interesan. Como explica la secretaria de Zebra, “en global es una forma de pensar y de sentir el mundo diferente, y va asociado a una alta excitabilidad emocional”. “No todos tienen problemas de sociabilidad, incluso muchos se convierten en líderes de su grupo, pero algunos menores se retrotaen al sentirse diferentes y se distancian de sus compañeros”. Otra de las características es la precocidad y la utilización de un vocabulario muy amplio, y en ocasiones para integrarse adoptan lo que se conoce como ‘falso self’, “dejan de brillar, esconden lo que son”. Si bien a nivel intelectual están por encima de su edad cronológica, a nivel emocional suelen estar por debajo.
