A principios de septiembrese nauguró la exposición retrospectiva de pintura y fotografía de Javier Fito, Vida y Tiempo, en el Centro Cívico Las Sirenas. La muestra incluye obras realizadas desde 1979 hasta 2015 y estará expuesta hasta el próximo día 18. Javier Fito conversó con Viva Sevilla.
50 años en una exposición. ¿Qué criterio de selección ha tenido a la hora de elegir los contenidos que se exponen?
–Los contenidos expuestos se dividen en varias etapas de mi vida: Los años 80, participando en la asociación cultural Alfeizar, que tenía su sede en mi estudio de pintura en Triana. Años en los que trabaje con la creación de un personaje, “el hombrecillo”, que aparecía tanto en cuadros como en grafitis artísticos urbanos. Cambiaba de dimensiones desde micropersonajes hasta murales de grandes dimensiones. Estaba lleno de una carga simbólica y filosófica. Los años 90, con trabajos en acrílico de gran formato. Cuadros de abstracción geométrica en grandes dimensiones. La más representativa es la serie Las cuatro estaciones con el círculo de la naturaleza como central. La década del 2000 ha estado marcada por el diálogo intercultural y espiritual, a partir de numerosos viajes a países del sur.
Reflexiones sobre mitos y religiones para comprender mejor a estos pueblos. A partir del 2010, el compromiso social ante la crisis, los barrios,empobrecidos, los derechos laborales, la organización de exposiciones por el Día del Trabajo y de la Mujer, con series de fotopinturas y collages. Otras series de fotografías han sido Mujeres de África, desde elreconocimiento de los derechos humanos a nivel internacional. Mi último trabajo artístico, en relación a la vida y el tiempo, es la serie La fragilidad de la vida.
¿Cómo han influido en su obra sus experiencias vividas como viajero vocacional?
–Mi mejor experiencia son las personas, son los amigos que tengo por medio mundo, compartiendo sus diferentes formas de vivir. Desde que inicié mi primer viaje a París en 1985, mi vida ha estado marcada, como viajero, por las influencias de la diversidad cultural. La maravilla de las diferentes culturas y pensamientos. La filosofía me ha permitido el diálogo histórico en el tiempo.
Háblenos de su lado solidario, ¿porque es cooperante?
–El reto de África fue un gran cambio en mi vida. Gracias a la ONG española Nakupenda llevo 5 años trabajando como cooperante en Gambia. Hay muchos proyectos sobre educación, sanidad o cooperativismo de mujeres. Ha sido la oportunidad para cambiar mi vida de viajero y transformarla al poder implicarme directamente en los problemas de precariedad y pobreza que sufren personas concretas. Dejar el marco teórico para pasar al compromiso práctico. Un auténtico regalo, porque recibes mucho más de los que das.
Como experto en gestión cultural, ¿cómo ve el futuro inmediato en Sevilla?
–Esperanzador con el actual gobierno municipal. En Andalucía hemos trabajado poco las políticas culturales y en Sevilla los planes estratégicos. Como miembro fundador y expresidente de la Asociación de Gestores Culturales de Andalucía (GECA), llevamos años intentando aportar objetivos y contenidos en este sentido. En los 16 años que llevo trabajando como técnico de cultura en el Ayuntamiento de Sevilla se han realizado pocos proyectos estratégicos integrales de cultura, con una política cultural definida y una planificación bien coordinada a nivel técnico. Queda mucho por hacer, pero la ilusión siempre la tengo.
